Deportista, mujer activa, mamá y abuela, Ana Obarrio es una sanisidrense de 88 años que se destaca en competencias y torneos profesionales de tenis, es decir, no tiene nada que envidiarle a quienes hoy se mantienen en los rankings mundiales del deporte.
Su curiosidad por esta actividad empezó en su adolescencia. En ese entonces su padre era un fiel fanático del tenis y lo practicaba constantemente. Fue en una de esas oportunidades en las que Obarrio sintió el deseo de probar el deporte y ver hasta dónde la llevaba. Años más tarde, ya en 1948, se federó como tenista profesional y aquellos días que entrenaba en el San Isidro Club quedaron en el pasado. Ya estaba preparada y deseosa para lanzarse a las altas competiciones, pero hubo algo que la detuvo.
Siendo una joven de 18 años interrumpió su pasión por otra: decidió seguir a su hombre y formar una familia con él. Pasaron los años, décadas incluso tuvieron hijos, y hoy Obarrio tiene 38 nietos. Recién cuando enviudó se animó a empezar a jugar nuevamente al tenis.
Antes de decidirse, una amiga le había dicho “Vos estás jugando muy bien, anotate en los campeonatos”, y de ahí en más no paró. “Cuando entro a la cancha siento como que bailo ballet, no bajé los brazos y seguí el impulso de mis deseos”, dice.
Un deporte que enseña y transforma
“En el deporte aprendés mucho de la vida, a competir, a perder, a ganar, es algo que te da energía, placer, bienestar. No es solo físico, tiene una parte mental que es muy importante, te hace accionar las neuronas, tenés que estar preparado para tomar decisiones y reaccionar rápido y eso me preparó para la vida”, cuenta Obarrio.
Fuerte creyente de la frase “voy donde la vida me lleve”, a la tenista de 88 años se le presentó una oportunidad única que la remitió a sus inicios y decidió volver a apostar por un deporte que la hizo feliz cuando era adolescente.
“El tenis tiene mucho de estrategia, tenés que observar al contrario cómo se mueve, a dónde la tenés que mandar, no es solamente pegarle a la pelota. Me pasa que cuando gano siento mucha felicidad por lo que logro, es la respuesta a mi esfuerzo y cuando pierdo pienso cómo hacer para ganar la próxima vez, cómo puedo mejorar”, confiesa.
Consultada por Dolores Pasman, periodista de LA NACION y moderadora del panel, sobre cómo hace con el deporte cuando se encuentra cansada o cómo maneja la intensidad física de dicha actividad, Obarrio cuenta algo inesperado: “Si estoy cansada voy a jugar, el tenis me hace sentir mejor, me da mucha energía, no me cansa para nada, me activa”.
* Consejos de Ana Obarrio para adultos mayores que le tengan miedo al deporte:
“El tenis se puede jugar a cualquier edad porque se adapta para todos”
“No tenerle miedo porque el cuerpo necesita eso para estar bien y brinda fuerza de voluntad”
“Hacer tenis ayuda a ser independiente, te hace pararte frente a la vida solo”
Hace 10 o 15 años que empezó a viajar y que no para de conocer el mundo. Anduvo en globo, en helicóptero y conoció personalidades de otros países. “El tenis me abrió al mundo”, dice. Hoy se está preparando para competir en Mallorca el año que viene, para eso se entrena diariamente y para no perder la diversión, juega con sus amigas.
Por Victoria Vera Ziccardi
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