Muchos años atrás Curt Smith, cantante y compositor pero mas conocido como una de las mitades de Tears For Fears, se hallaba en Vancouver. Estaba filmando distintas apariciones como invitado de la serie "Psych" y tras las jornadas de filmación se unía al resto de equipo para divertirse en un bar de karaoke. Allí, antes de comenzar, Smith tuvo la idea de levantarse y tocar la canción más exitosa de la banda en 1985: Everybody wants to rule the world. El resultado fue hilarante. Nadie creyó que esa persona era quien originalmente había cantado la canción. "Nadie prestó atención", subrayó. "Nadie se dio cuenta quien era".Mientras tanto en Inglaterra, el compañero de ruta de Smith, Roland Orzabal había recibido una invitación para realizar una audición al reality televisivo "Popstar to Operastar". Orzabal, que en sus comienzos había cantado ópera, sintió que las estrellas se alineaban. "Pensé: ´esto fue hecho para mí´". Se tomó la audición con seriedad, practicó a diario, contrató una coach de ópera cerca de su hogar. "Fui allí y no me eligieron", agregó acerca de su performance de "Caro Mio Ben" de Giordani en una suite del Hotel Savoy. "Simplemente ni me preguntaron, eligieron a Midge Ure (cantante de la banda Ultravox).
La vida de músicos semi retirados es rara, Smith refleja: "Aun podes escribir música, pero haces otras cosas también. Yo estaba mas en el modo de papá en casa porque mi esposa tiene una carrera muy ocupada como ejecutiva de marketing". Con poco de su exitoso pasado musical en su casa de Los Angeles, ni discos de oro en su pared o premios en una estantería, Smith se dio cuenta que no los necesitaba como recordatorio para ser quien es, su identidad era un misterio para sus hijos. Un día en la escuela primaria, le preguntaron a su hija mayor acerca de los trabajos de sus padres: "Su respuesta fue ´mamá va a la oficina, papá va al gimnasio´"
Con las demandas familiares, la actuación, la ópera y las horas en el gimnasio, sin mencionar las disputas por el manejo de la banda y la mala relación con Orzabal, habían pasado 17 años desde que Tears For Fears había grabado su último disco. Hoy, con las asperezas limadas, se sientan en la sala de descanso del Hotel Marylebone, luciendo ambos sus radiantes 60 años, ansiosos por hablar de su nuevo material. "The Tipping Point" es un álbum sensacional, con plegadas guitarras folk y agresivos sintetizadores y una empatía de perdida. Frases sobre sanación de heridas, pandemia y protesta.
Tears For Fears se formó en la adolescencia de ellos en la ciudad de Bath, inspirados por el autor de la teoría primal, Arhtur Janov. Sacaron su primer single "Suffer the Children" en 1981. Tempranamente quisieron darle voz a ciertos temas subyacentes. "Cuando salimos con Woman in Chains, pensé en varios de nuestro viejos amigos diciendo "qué mierda es esto", rememora Orzabal. "Salíamos de una era donde los jóvenes podrían ser vistos pero no escuchados", flexiona Smith. "Abundaba el: ´quienes son ustedes para hablar de estos temas´ y honestamente no sabíamos lo suficiente pero no fuimos tímidos para darle voz a nuestras opiniones. Esa fue la mayor diferencia entre nosotros y mucha gente de esa época -los 80-"
"Creo que cuando haces la transición de la adolescencia a la adultez y llevas contigo un montón de cosas detrás, el mundo es un lugar hostil", continúa Orzabal, "habíamos estado en una banda peso ligero, y luego abrazamos la teoría primal de Janov, lo que nos permitió hacer lo que nos distinguió: mandar mensajes en las canciones, escondidos, inteligentemente, en un montón de música pop que se escuchaba. Y entonces despegamos, porque ya teníamos algo para decir".
Tres discos -The Hurting, Songs from the Big Chair, y The Seeds of Love– vendieron más de 30 millones de unidades. Luego, en 1991, el dúo se separó, rompiendo la banda, y persiguiendo sus carreras solistas. En 2004 salió Everybody Loves a Happy Ending, pero las ventas fueron desastrosas. "Fue directo a la lista alternativa de la BBC Radio 2", recuerda Orzabal. "Hicimos presentaciones en la televisión de Estados Unidos pero cuando mirábamos las ventas, el disco vendedor era el de Grandes Exitos".
Aun así la banda no paró de tocar en vivo, declinando invitaciones para esos shows revival de bandas de los 80. "Dejamos de lado esas propuestas porque no nos consideramos de una década", dice Smith, y en cambio siguieron con las giras e incluyeron covers en vivo de artistas contemporáneos como Hot Chip, Animal Collective y Arcade Fire, pero había poco que dar y recibir sobre nuevas canciones. Su entonces manager sostuvo el status quo: "¿ustedes creen que necesitan sacar nuevas canciones? ustedes van a ser siempre los que grabaron esas canciones clásicas".
"Noche tras noche", piensa Smith, y "luego de un montón de años nos sentíamos aburridos, no puedo poner mi corazón en algo sin que tuviéramos frescura y cosas por decir o tocar".
En el mientras tanto, algo sorprendente estaba ocurriendo: Mad World en versión de Gary Jules que estaba incluida en la película Donnie Darko se había vuelto un éxito, jóvenes artistas como Lorde, Kanye West y The Weeknd citaban a Tears For Fears como una influencia. Esto provocó que el rumor se expandiera entre los promotores "son buenos, los quieres en tu show", "entonces tuvimos mas y mas invitaciones" dice Orzabal.
Protagonizaron una gira con la banda Hall & Oates, llenaron el Royal Albert Hall, realizaron un especial para Radio 2. "Ese fue nuestro momento culmine "tipping point" porque la gente gustaba de nuestra música pero no sabían si tocábamos, actuábamos" rememora Orzabal. Cuando se agotaron las entradas para el estadio O2 en Londres, Smith sonrié y dice: "era como que decíamos ´pará un poco, ¿qué está pasando? Estamos de moda otra vez".
Pero el punto de quiebre coincidió con el comienzo de las dificultades para Orzabal. En el verano inglés de 2017 su esposa Caroline, su compañera desde la adolescencia, murió. Habla sobre ella con un respeto lleno de ternura. En 2007, Orzabal sentencia que "Caroline golpeó la menopausia" y "las ruedas se salieron, su temperamento se volvió bipolar", Orzabal sabe que la menopausia era una pantalla de humo de otros problemas.Ella tenía medicación prescripta, la misma que no puede ser mezclada con alcohol. Entró y profundizó un ciclo de angustia e idealización del suicidio. Orzabal lamenta el tratamiento de la depresión con tantas pastillas. "Debería haber controles mas estrictos para las personas que están lidiando con esto".
Sumado a que su esposa era adepta a esconder la verdad de su condición. "Caroline era un poco laxa cuando iba al doctor. No era 100% honesta, hablaba de sus problemas con la menopausia, el síndrome del nido vacío -nuestros hijos se habían ido-, pero eso no era todo, era un cúmulo de cosas, tenía cirrosis que venía latente desde tiempo atrás".
Caroline nunca dejó de beber. "En lo cuál es parcialmente mi culpa porque me gusta la bebida también, si yo solo hubiera sabido que esa era la razón..." lamenta Orzabal. "Pero no lo sabía, tampoco sabía los efectos devastadores que usualmente tiene el alcohol en una mujer más que un hombre, ella bebía a la par mía; pero repito mi propia ignorancia y estupidez en eso empeoraron las cosas porque en ese punto debería haber desaparecido el alcohol de nuestra casa"
Su adicción desarrolló patologías relacionadas con la demencia. "Fueron cinco años de infierno, fui su cuidador, estuve acompañado y recibí asistencia para aliviar mi carga. Los amigos de siempre se alejaron y todo era horrible", larga un suspiro profundo con sus ojos humedecidos.
En la enfermedad de su esposa es que Orzabal comienza a escribir canciones que hoy forman parte del nuevo álbum. "Necesitaba transformar el dolor constante, la disfunción constante y como lo hice toda mi vida, lo volqué en letras y música",
La canción Please Be Happy (Por favor se feliz) estuvo "inspirada por el hecho de ver a alguien que amas, estar sentada en una silla todo el día todos los dias, sin hacer nada, sin moverse y que cuando lo hacía, el vaso se rompia". El título de la canción remite a los días de Caroline en el hospital cuando "miraba sin ver y estaba en un punto que se sienten mas muertos que vivos"
Tras la muerte de Caroline, Orzabal sufrió los efectos y acudió a un centro de rehabilitación, pospuso la gira de la banda. "Atravesé el infierno", dice. Smith, temiendo que podría exacerbar los problemas de su compañero, mantuvo la distancia.
“Yo sabía que Roland no estaba en un situación saludable y creí importante que se recuperara con tiempo y espacio mas que nada", dijo Curt. Se conocen desde los 14 años, tiene una conexión creativa y períodos de lejanía, pero prevalece la amistad.
Pero en la profundidad de todo, Orzabal tuvo una revelación: "pensé que todo ocurría porque Caroline había muerto, Alan Griffiths (músico de Tears For Fears) también y mi mente fue inmediatamente a Curt. Ahí fue cuando pensé éste amigo es realmente importante´, era obvio, era obvio para mucha gente pero en un instante pensás: esta amistad está bien, hemos hecho grandes cosas y la historia no está terminada, ¡gracias a Dios!"
Orzabal lentamente se recuperó, se enamoró, se casó, con la escritora y fotógrafa Emily Rath, a quien describe como "una influencia asombrosa, enseñándome a ser correcto y gentil y no hostil como había sido en el pasado". En el comienzo de 2020, le mandó un mensaje a Curt y el dúo almorzó en Los Angeles. Fue como decir "¿cuál es nuestro problema? Ninguno". "Agarramos guitarras acústicas y volvimos a ser adolescentes. Allí nació la canción No Small Thing. Eso destrabó el camino hacia el nuevo álbum.”
Diecisiete años del último álbum, Roland Orzabal siente que The Tipping Point es una "bestia diferente" y una vuelta a las raíces: "cuando regresas a eso de nuevo te energizas, las aguas sanadores te llevan y es todo asombroso. Las canciones se conectan en un modo personal y político y pueden ser interpretadas sobre bases individuales o colectivas. Si hay un Dios, es por eso que nos puso en la Tierra para hacer esto".
En septiembre pasado, Smith y Orzabal subieron al escenario para recibir el Premio Ivor Novello en Londres en una noche de ovación. Orzabal tomó el micrófono y luego de agradecer a sus familias, su seguidores, sentenció: "quiero agradecer a dos personas que sin ellos esto no sería posible...nosotros".
