domingo, 18 de abril de 2021

EDITORIAL - TESTIGOS DE UNA PESADILLA

Con asombro, vemos como el Gobierno Nacional descuida los intereses soberanos de los ciudadanos. Desde aquella bravuconada que sostenía que el Covid19 no llegaría a Argentina, a esta actualidad pavorosa. ¿En el medio? Miles de contagiados y fallecidos, y la promesa de tener hacia fines de enero  pasado millones de vacunas. La necedad de no querer ver el panorama mundial y el escenario autóctono candente, nos empujaron al borde del abismo. ¿A cuantos centímetros estamos? No se sabe, pero por lo visto, se estaría muy cerca. Todos los días se suman miles de nuevos contagiados en el medio de medidas restrictivas privilegiadas. Si, se privilegia el normal funcionamiento del fútbol, pero no la presencialidad en las aulas. Se privilegia una restricción horaria, pero no así su control. O sea, todo se hace a medias. Y en consecuencia los resultados derivan en una pesadilla. Pesadilla de la que somos testigos afortunados. Pesadilla que nos sume en la más profunda depredación colectiva. Si la situación socioeconómica estaba mal previa a la Pandemia, imaginemos la radiografía actual. Esa radiografía que vemos pero que preferimos pasar por alto. Los indicadores mostraban que los países vecinos estaban (están) en serios problemas, pero aquí se eligió, equivocadamente, ver y esperar. Como si se tratase de un partido de truco. Un juego peligroso. 

El creciente aumento de casos provocó la reacción. Tardía. El Gobierno Nacional señaló a los colegios como los focos. No fue así. La incidencia de casos es baja.  ¿No era que los docentes serían vacunados como personal esencial? 

Vivimos con la manta corta. Nos tapamos hasta el cuello pero dejamos los pies afuera. Es un país que no previene.  

Un país a la deriva de decisiones improvisadas. Estamos pendientes de la llegada del avión. El avión que trae una aspirina llamada vacuna: "hoy llegan 100.000, mañana quizá 500 mil", pero a ritmo vertiginoso vamos conociendo familiares y/o amigos contagiados. Y también fallecidos. 

Y, ¿los ciudadanos tienen alguna responsabilidad?. Si, claro que sí. La irresponsabilidad misma que tras 14 meses de Pandemia, utilizan mal o directamente no lo hacen, el barbijo. No ejercen el distanciamiento social y se relajan. ¿Eh?, si, pero no tanto como el sistema de salud (ay Alberto, Alberto, que comentario tan desafortunado). Hacer y deshacer sobre la marcha. Como si fuera un juego de mesa de domingo. Los testigos de una pesadilla eterna que quieren ver atisbos de resolución. Es la primera vez que no pueden acostarse en el pasado porque les pesa el presente y el futuro. Reaccionen.  

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