Cada vez más personas que padecen trastornos de ansiedad logran superarlos sin recurrir, como resulta habitual, a psicofármacos no recetados por un médico. ¿Cómo consiguen serenarse? Reemplazando la riesgosa automedicación por técnicas de meditación que aprenden en talleres especialmente pensados para estos casos.
“Hay alternativas a la medicación para disminuir la ansiedad y una de ellas es la meditación, un fenómeno fisiológico mental científicamente comprobado que consiste en concentrar la atención en un proceso determinado, por ejemplo, la respiración”, explicó el doctor Daniel López Rosetti, director del el Programa de Manejo del Estrés (Promes) del Hospital Central de San Isidro, un espacio gratuito que se dedica a combatir el estrés con estas técnicas.
“Es llamativo como pacientes que asisten al Programa y tomaban determinados ansiolíticos, bajaron la dosis. Inclusive, dejaron de consumirlos. Sorprende lo que se puede lograr con cambios como aprender a meditar”, agregó. En cambio, sobre los ansiolíticos, sostuvo que “si la persona los toma por su cuenta, no le harán efecto. Y como generan adicción, necesitará mayores dosis para obtener el mismo resultado físico-psicológico”.
El especialista cuenta que, en los talleres, los pacientes aprenden las herramientas para combatir la ansiedad, que surge cuando las sobrecargas físicas y psicológicas superan la capacidad de resistencia emocional de la persona. Por eso, el Promes integra el Servicio de Medicina del Estrés del centro médico, donde profesionales de la salud evalúan y diagnostican a cada persona para obtener un perfil del estrés que sufre.
Desde ese servicio, y como parte del mismo plan, salieron a enseñar técnicas de relajación anti-estrés en las escuelas, a docentes y alumnos. Lo hicieron con ejercicios sencillos y diarios (de no más de diez minutos) para que aprendan progresivamente a concentrarse en la respiración. Y con eso, afirman, tuvieron logros importantes, como bajar los índices de violencia escolar, generar una convivencia más pacífica y hasta mejorar los niveles de aprendizaje.
El sector para el tratamiento con estrés, en el Hospital Central de San Isidro, comenzó a funcionar hace cinco años con un equipo de expertos en distintas problemáticas, que trabajan en conjunto con clínicos y psicólogos.
“El estrés es un mecanismo normal del organismo que prepara a una persona para enfrentar lo cotidiano de la vida. Es una reacción mental y física frente a determinados hechos. Cuando esas respuestas pasan cierto nivel, se convierten en un estrés anormal o distrés, que resulta patológico”, explicaron.
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