La Diócesis de San Isidro celebró el sábado 25 de agosto su Asamblea diocesana en las instalaciones del Colegio Marín; un encuentro del que participaron dos mil personas a lo largo de toda la jornada.
Durante la primera mitad del año, en cada comunidad parroquial, colegio, centro de Cáritas, áreas, movimientos y personas de manera individual, expresaron, qué Iglesia soñaba ser; a partir de allí se clasificaron las inquietudes, reuniéndolas en orientaciones pastorales que guiarían la reflexión en la Asamblea.
A las 8.30 de la mañana del sábado, comenzó el encuentro diocesano que contó con la presencia de representantes de las distintas parroquias, colegios y otras organizaciones diocesanas quienes reflexionaron sobre los seis ejes antes mencionados.
La mañana también contó con la charla a cargo de Marcela Mazzini y de Juan Ignacio Fuentes, quienes desarrollaron su exposición sobre dos tópicos: la Iglesia en salida y la Iglesia pobre para los pobres.
Por la tarde la invitación la convocatoria al encuentro se amplió a quien desease participar, retomando las conclusiones de lo trabajado en la mañana.
Monseñor Ojea, cerró la Asamblea con una misa; en su homilía el Obispo expresó que: “Vamos a pedirle al Espíritu, en este día de Asamblea, que nos enseñe a escuchar bien, a escuchar con los oídos abiertos por el Espíritu y al mismo tiempo poder hablar sin miedo poder expresarnos, aquello que surge de nuestra experiencia de vida, sabiendo que el Señor está en medio de nosotros y el Señor Jesús quiere que vayamos creciendo en una Iglesia que se parezca cada vez más a Él, y que pueda transmitir sin temores la frescura del Evangelio”.
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