En el marco de la celebración de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor, Monseñor Oscar Ojea presidió ayer, en la Catedral de San Isidro, la Misa por la Vida propuesta por el subsidio litúrgico enviado por la Conferencia Episcopal Argentina.
La celebración de esta misa, forma parte del tiempo de especial oración que toda la Iglesia en la Argentina tuvo desde el domingo de Pentecostés hasta la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor.
En estos momentos decisivos en el tratamiento de la ley para despenalizar el aborto, en este sentido expresó que: “Como servidores de la vida, tenemos la obligación y el compromiso como cristianos de poder acompañarlas, a esas mamás y a esas situaciones para que los chiquitos que son llamados a la vida, puedan venir”.
Asimismo convocó a la Iglesia a trabajar y a comprometerse, como verdaderamente respetuosos de la vida, manifestando que: “Nosotros que decimos que la defendemos, tenemos que comprometernos de verdad con aquellas situaciones que podemos acompañar auténticamente para poder recibir en la existencia, a tantos hermanos que son llamados por el Señor.
Al finalizar su homilía invitó a rezar, diciendo: “Le pedimos al Señor que ilumine la mente de los Legisladores que van a tener que decidir sobre una cuestión tan delicada para nuestra vida como país”.
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