Por segundo año consecutivo, en San Isidro comenzó el ciclo de charlas de la Fundación Espartanos en escuelas, en el que sus integrantes cuentan a los alumnos cómo a través de la práctica del rugby lograron cambiar la vida de los reclusos. El puntapié inicial fue en el colegio Leonardo Da Vinci de Boulogne, donde más de 140 chicos participaron de la conferencia.
La iniciativa es organizada por la red de jóvenes Tomá la Voz de la Secretaría de Integración Comunitaria del Municipio de San Isidro.
La Fundación Espartanos es un proyecto de integración, resocialización y acompañamiento a través del juego y los valores del rugby, que comenzó en 2009 con los internos de la Unidad Penitenciaria N° 48 de San Martín. Por él han pasado ya más de 450 reclusos, que en su mayoría han logrado enderezar sus caminos, siendo el nivel de reincidencias de éstos casi nulo.
“Estos son testimonios que ayudan a ponernos en el lugar del otro, a tomar conciencia sobre la diversidad de nuestra comunidad y cómo, trabajando por la integración se pueden superar barreras erigidas por el desconocimiento y el miedo”, señaló Arturo Flier, secretario de Integración Comunitaria de San Isidro.
Durante el encuentro, Pablo, uno de los integrantes de la Fundación, relató cómo decidió acercarse a Espartanos para conocer a “esos otros”, y también para poder colaborar en el inicio de un nuevo camino. Explicó que los reclusos lograron modificar sus rumbos gracias al rugby, la espiritualidad, la educación y el trabajo.
Mientras que Gustavo, otro espartano, visiblemente emocionado aseguró: “No soy ejemplo de nada, pero ahora puedo ver que hay otro camino, que el otro no es mi enemigo, que las cosas llevan trabajo y esfuerzo”.
Además, se proyectó el documental “Los Espartanos”, de Nicolás Malagoli, y los jóvenes de la red Tomá La Voz contaron las distintas experiencias que están llevando adelante en temas de voluntariado, cuidado del medio ambiente, actividades culturales y la promoción de campañas de bien público.
El año pasado, este ciclo que llegó a más de 900 alumnos de 11 escuelas del Partido, ayudó a tomar conciencia sobre la vulnerabilidad social, a colaborar en la reinserción, y en la prevención en los jóvenes.
“Fue muy movilizador ver cómo desde el acercamiento entre las personas se pueden transformar situaciones negativas y violentas en una fuerza de vida”, completó Macarena, alumna del último año del colegio Da Vinci.
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