El pasado sábado, en diferentes puntos de San Isidro se realizó una nueva jornada de recolección de residuos electrónicos, con el objetivo de que los desechos electrónicos no contaminen el ecosistema y puedan ser aprovechados.
En ese contexto, durante toda la mañana cientos de vecinos se acercaron a los stands que el Municipio montó para entregar sus CPU viejas, monitores, teclados, mouses, notebooks e impresoras sin uso.
Con esta propuesta, organizada por la Red Juvenil Activa y la Fundación Equida, se busca evitar la contaminación del medio ambiente que generan los residuos electrónicos, generando que los vecinos puedan ayudar con aquellos equipos que ya cumplieron su vida útil.
Luego los profesionales de la Fundación Equidad se encargan de transformar esas computadoras en desuso en equipos listos para ser donados a escuelas y organizaciones no gubernamentales.
“Esto me parece bárbaro y me encanta que se destine a las escuelas para que los chicos puedan aprender más”, comentó Alicia Castillo, que se acercó a la estación de Beccar para reciclar su computadora.
Después de reciclar una impresora, Maximiliano Toranzo, integrante de la Red Juvenil Activa, dijo: “En lo personal me gusta mucho ayudar a evitar que se contamine nuestro ambiente con ideas como ésta”.
“Es importante promover iniciativas de este estilo para que otras personas tengan acceso a la tecnología”, concluyó Jorge Flores, de Beccar.
Según Greenpeace, cada argentino desecha tres kilos de basura electrónica por año, lo que significa 120.000 toneladas de basura que termina en rellenos comunes. Y el problema no sólo es la cantidad o el volumen sino que la mayoría de sus partes son contaminantes y tardan entre 10 y 300 años en degradarse.
La Fundación Equidad estima que con 7.000 kilogramos de lo que para muchos es sólo “basura electrónica” podrían fabricarse unas 1.000 computadoras recicladas y listas para usar.
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