viernes, 4 de mayo de 2018

Celina Saubidet Birkner: "Sueño con ganar una medalla, pero quiero disfrutar"

Prepara la vela como quien se ata los cordones de las zapatillas. Sus dedos se mueven con la comodidad de conocer cada detalle de lo que hacen. Suben, bajan, se cruzan y vuelven a separarse. Compilan nudos de todos los estilos hasta que finalmente se alza la vela. Sin dejar que el viento se la vuele, la controla sin problemas y la atleta se presta a la sesión de fotos con LA NACION sin problemas. En Perú Beach, en la zona norte del Gran Buenos Aires, su segunda casa, conoce todo y sugiere dónde sería mejor caminar para evitar la lluvia.
Celina Saubidet Birkner nació empapada en deporte. En windsurf, sobre todo. Su árbol genealógico rebosa de generaciones que hicieron historia en el deporte argentino. Y ella, lejos de apartarse, buscó su camino dentro de él. Así fue que se convirtió en la representante femenina en windsurf para los próximos Juegos Olímpicos de la Juventud, y a sus 18 años hará lo que ya hicieron sus hermanos Bautista (22), en Singapur 2010, y Francisco (19), quien en Nanjing 2014 fue medalla de oro en la disciplina.
Pero su linaje familiar no acaba ahí. Es hija de Magdalena Birkner, esquiadora alpina que participó de dos Juegos Olímpicos de Invierno (1984 y 1988), y de Raúl Saubidet, multicampeón en clase cadete, y entrenador de sus hijos. Su tío, Miguel, excampeón mundial en cadete, es el entrenador de sus primos Klaus y Yago Lange, quienes compiten en 49er. Ellos son los hijos de Santiago Lange, medalla de oro en Río de Janeiro 2016, y Silvina Saubidet, hermana de su padre. 
Además, también se suma toda la rama Birkner, que compiten en la nieve: sus primos María Belén, Macarena y Cristian Simari Birkner, los tres atletas olímpicos y Georgi Birkner. En la parte más alta del árbol genealógico, Ana Señorans, su tía abuela, fue campeona sudamericana en saltos ornamentales. "Mi mamá era esquiadora. Pero nosotros nos criamos en una casa enfrente al río, entonces todas las tardes volvíamos del colegio y veíamos a toda la gente navegando, nos empezó a gustar. Primero fueron mis hermanos los que se animaron a probar y yo siempre iba con ellos en el bote a verlos entrenarse. Al principio no me gustaba. Pero a los 12 años un día me picó el bichito y dije 'Pa, quiero probar'. Entonces, me enseñó y fue como que ya sabía navegar. Me salió muy fácil de todo lo que había escuchado y visto, y desde ahí nunca más paré", describe la atleta sobre sus comienzos.

-¿Llevar este apellido, con tanta historia deportiva, es una responsabilidad?
-No lo siento como una responsabilidad y no es una presión. Siempre hice esto porque me gustó y desde el lado del disfrute. Quiero hacer lo mejor que pueda, mi sueño es ganar una medalla pero quiero disfrutar siempre. Mis hermanos y mis padres hacen mucho hincapié en eso. Ellos, que ya tienen experiencia, me cuentan que al principio ellos lo sintieron como un campeonato más, no vieron la dimensión de dónde estaban, pero ahora en retrospectiva ven dónde estuvieron y toman conciencia.

-¿Qué rol cumple tu papá en tu preparación?
-Él es un fanático pero intentamos separar al "papá" del entrenador. Cuando estamos en el agua es el entrenador y una vez que terminó la jornada y estamos en casa, hablamos de lo que fue el día de entrenamiento, pero después intentamos hablar de otros temas... porque si no es muy cansador. Además es el entrenador de mis hermanos y dos chicos más. Somos muy familieros, compartimos la misma pasión y, si bien son todos hombres, me gusta porque son más fuertes y mejores, entonces me ayudan a mejorar y a querer ganarles: me motivan.

Celina decidió terminar el colegio con la modalidad a distancia. Los últimos tres años los estudió por internet para poder dedicarse de lleno al windsurf. Ambos calendarios eran incompatibles, por lo que priorizó la competencia. Mal no le fue. Si bien lamenta haberse alejado de sus compañeras, se nutrió de otras amistades en sus compañeros del agua y el reparo en su familia.

En el último campeonato Europeo realizado en Mondello (Italia), alcanzó el tercer lugar: su primer podio internacional. Además fue campeona en el Sudamericano de Perú de este año y segunda en el Sudamericano de noviembre 2017. Estos resultados terminaron consagrándola con la plaza olímpica, un premio a todo su esfuerzo. Belisario Klopp será el representante masculino. Ambos se entrenarán juntos desde mayo, compartiendo sesiones en el agua y en la parte física.
-El Club Náutico de San Isidro será la cancha olímpica, ¿cómo palpitás las regatas y qué clima se pronostica?
-Van a ser aquí, donde aprendimos a navegar y eso está bueno porque conocemos el río. No es fácil porque tiene corrientes, y cada día hay viento desde una dirección distinta. Eso me da más confianza. Además, van a estar mis amigos, mi familia, mis hermanos. Es un marco que me motiva mucho. Incluso, en octubre, por lo general alrededor de las cuatro de la tarde, se levanta el viento térmico por el calor y alcanza una velocidad de entre ocho y diez nudos, y esas son condiciones muy lindas para correr. Cuando hay viento es cuando más me gusta y la condición en la que mejores resultados saco.


Por: Olivia Díaz Ugalde
(Fuente: Diario La Nación)

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