Acaba de ganar las elecciones en su distrito de una forma apabullante. No fue candidato, pero apuntaló desde la gestión a la lista de Cambiemos, la coalición gobernante, que a su criterio representa “la solución frente al populismo”. Gustavo Posse, el intendente de San Isidro, recibió a EL DIA en su despacho del viejo edificio municipal, ubicado a media cuadra de la histórica Catedral.
“Acá trabajamos para que hubiera una distancia grande entre (Esteban) Bullrich y Cristina (Kirchner). Y lo logramos”, afirmó el jefe comunal luego de que Cambiemos aventajara en las PASO a la Unidad Ciudadana por casi 36 puntos porcentuales. O por 70.000 votos, que le sirvieron al oficialismo para equilibrar la balanza con otros distritos del Conurbano en los que fue derrotado.
De origen radical y desarrollista, al igual que su padre Melchor Posse, el mandatario del municipio del norte del Gran Buenos Aires sostuvo: “Somos un grupo de intendentes en Cambiemos, que trabajamos en foro y colaboramos con los lugares que no tienen intendentes propios. Una parte del resultado de la elección tiene que ver con eso”, dijo al reivindicar el rol de los jefes comunales.
Pese a que a nivel nacional y provincial el liderazgo de Cambiemos está en manos del PRO, en San Isidro ese papel lo cumple Posse. “Estamos ante un momento excepcional. La Nación, la Provincia y los municipios trabajamos juntos. Eso no había ocurrido nunca antes”, señaló el jefe comunal, que transita por su quinto mandato y convivió con varios gobernadores y presidentes peronistas.
CARACTERISTICAS
Mirado desde afuera, San Isidro es un distrito rico, de los que no abundan en el GBA. De hecho, el primer barrio cerrado de la Argentina –el Boating- se instaló en su territorio, sobre la ribera del Río de la Plata. Aunque también existen otras realidades: en este municipio se asentó hace más de 65 años la villa La Cava y hay zonas de Beccar, Villa Adelina y Boulogne de clase media trabajadora.
En su contacto con este diario, Posse sostuvo que uno de los aspectos en los que está más atento en su gestión es evitar la tendencia a la “conurbanización”, a partir de lo que denominó como “la cultura de la usurpación” de terrenos abiertos –en el caso de San Isidro, en las zonas ferroviarias- que, en el fondo, no permiten generar “una solución para el déficit de vivienda” de la población.
“Las ciudades se conurbanizan, pero aquí en las últimas décadas bajaron los asentamientos un 35%, mientras que en el área metropolitana aumentaron un 70%”, estimó el jefe comunal y apuntó ese fenómeno en la mochila del kirchnerismo: “No fue el peronismo ortodoxo el que lo fomentó”, aseguró a marcar una diferencia entre el PJ histórico y comportamiento en la era K.
Según definió Posse, “el populismo es el hoy, la falta de planificación”, frente a lo cual se tiene que “hacer lo que corresponde independientemente de las elecciones”. De ese modo, el intendente de San Isidro justificó “el trago tan amargo de las primeras decisiones que hubo que tomar” en el plano económico, aunque lo supeditó a la fijación de “un rumbo que era el que correspondía”.
RECURSOS PROPIOS
“Ahora la economía empieza a funcionar y el resultado electoral va a ayudar. Hay muchos parámetros que ya son buenos, pero todavía no le repercuten a la gente en su vida. Estamos delante de otra Navidad, otro fin de año, y se está notando el cambio de clima”, remarcó Posse. También afirmó que el municipio no dejó de recaudar pese al bajón económico del año pasado.
“Acá no hay amnistía fiscal. Mantenemos tres hospitales y el patrullaje, que tienen presupuestos altos”, advirtió el intendente, que como la mayoría de sus colegas debió hacerse cargo de funciones que desfinanció el Estado bonaerense. Sin embargo, no se quejó y puso la vara elevada: “El nivel de exigencia que tenía mi padre era terrible, para todos y más para mí”, concluyó.
(Fuente: El Día)
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