El pasado sábado se realizó la V Jornada de Recolección de Residuos Electrónicos en diferentes puntos de San Isidro, con el objetivo de que los desechos electrónicos puedan ser aprovechados y no terminen en la basura.
CPU viejas, monitores, teclados, mouses, notebooks e impresoras son algunos de los aparatos que los vecinos acercaron a los stands que se montaron en las seis localidades del distrito.
El intendente Gustavo Posse se acercó a la Estación de Boulogne para ver la recolección que se estaba haciendo en ese lugar y dialogar con la gente.
“La idea es bárbara porque ayuda a cuidar el medio ambiente y además tiene una labor social importante ya que estos elementos electrónicos reconvertidos son destinados a centros educativos”, afirmó Posse.
Con esta propuesta se busca evitar la contaminación del medio ambiente que generan los residuos electrónicos, que los vecinos puedan ayudar con aquellos equipos que ya cumplieron su vida útil y, además, los profesionales de la Fundación Equidad se encargan de transformar esas computadoras en desuso en equipos listos para ser donados a escuelas y organizaciones no gubernamentales.
“Hay muchas instituciones que quizá no pueden acceder a computadoras nuevas así que esto ayuda un montón”, remarcó Gastón Alonso, de la Red Juvenil Activa.
Como resultado de las cuatro ediciones anteriores se logró obtener unas 130 computadoras nuevas, y se equiparon dos centros de capacitación en informática para la tercera edad.
Se trata de una iniciativa organizada en conjunto entre la Red Juvenil Activa que promueve la Secretaría de Integración Comunitaria, la Fundación Equidad y la Subsecretaría de Espacio Público.
El proyecto nació del programa Los Jóvenes Tienen la Palabra en los que, con el apoyo de la Unión Europea, se fomenta su participación en el diseño de políticas públicas.
Según Greenpeace, cada argentino desecha tres kilos de basura electrónica por año, lo que significa 120.000 toneladas de basura que termina en rellenos comunes. Y el problema no sólo es la cantidad o el volumen sino que la mayoría de sus partes son contaminantes y tardan entre 10 y 300 años en degradarse.
La Fundación Equidad estima que con 7.000 kilogramos de lo que para muchos es sólo “basura electrónica” podrían fabricarse unas 1.000 computadoras recicladas y listas para usar.
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