Todo comenzó con su abuelo Guzmán, director de un diario socialista en las décadas del 30 y 40, que le valió varias veces la cárcel durante la Década Infame. Siguiendo sus pasos, su hijo Ramón comenzó en el mismo oficio desde muy joven y llegó a ser secretario de redacción del diario Clarin. El éxito televisivo vino de la mano del programa Realidad entre los años 80 y 87. El turno de Guillermo llegaría un mes después de su muerte. Con apenas 19 años, Sergio Villarruel le propuso tomar el lugar de su padre en el noticiero.
Desde ese día pasaron tres décadas de una vida dedicada al periodismo. Hoy además de los múltiples proyectos que realiza con su productora lleva 15 años siendo la cara de América Noticias junto a Mónica Gutierrez.
En el año 95 conoció a quien se convertiría en su mujer. Carolina Prat (44), una estudiante de arquitectura que visitaba Canal 9. Él la vio y quedó encandilado, ella llegó a su casa sabiendo que había conocido al hombre de su vida. "Cuando vos te imaginás hijos con una persona es porque algo importante puede estar pasando por dentro" recuerda, juntos son padres de Sofia (16), Vicky (10) y Ramón (2). La sociedad que formaron funciona a la perfección, no sólo en lo familiar, también en Andino y el país el programa que conducen juntos.
¿Cómo es Carolina como mamá?
—Es excepcional, es la mamá de sus pollitos y la mamá que a la noche es la esposa que yo deseo y de la cual me enamoro día tras día por todo lo que significa para mí como mujer y por todo lo que significa para nuestros hijos como mamá. Hoy parece ser que es imposible encontrar el amor para toda la vida y no hay que renunciar a ello. Hay que cuidarlo, hay que regarlo permanentemente, pero se da.
¿Qué sentiste con el reconocimiento de APTRA a tu papá?
—Me emocioné mucho. El conocimiento masivo se dio a partir de su tarea en Realidad. En esa época los militares habían prohibido los Martín Fierro, si no mi viejo con el advenimiento de la democracia se hubiese llevado muchas estatuillas. Pensá que él laburó diez años en la tele, yo voy por treinta, y sin embargo los diez de él son equivalentes a cien. Hay un público que todavía lo sostiene en la memoria colectiva como el tipo que reconvirtió la forma de dar las noticias.
¿Qué aprendiste de él?
—Tenía una forma de manejar los climas y pasar de dar una noticia policial, con una connotación triste o dura, a poder hablar de algo que tenía que ver con lo social o con los jubilados manejándolo con esa calidad y calidez humana que yo creo que no es excluyente del periodista o del presentador de las noticias, y que algunos a lo mejor creen que sí, que todo debe estar muy contextualizado en lo serio.
¿En qué sentís que lo superaste?
— Solamente en la cantidad de tiempo que hace que estoy; me gustaría aunque sea llegar a ser el 50% de lo que fue Ramón. La llegada llana, limpia y directa que él tenía es lo que todavía le admiro y no llegué ni al 50%.
¿Te gusta que tu hija mayor quiera hacer lo mismo que vos?
— Sofi quiere ser periodista pero le gusta el periodismo gráfico. Yo le digo que la voy a apoyar en cualquier carrera que decida, me encanta que elija esto porque la voy a poder ayudar mucho más que si elige ser bióloga. Me da mucho orgullo pensar que pude, sin obligarla, ser funcional a esa elección. Hay algo que se respira en casa, probablemente haya algo de genético, pero la elección personal está vinculada con tu medioambiente.
Te cambio de tema. ¿Cómo estás viendo el periodismo hoy?
—A diferencia de los años que nos tocaron vivir donde se habla de la famosa grieta, hoy veo la posibilidad de discutir matices, de salirnos de lo que se denominó el periodismo militante hacia valores concernientes a la profesión que son mucho más saludables para practicar.
¿Hoy hay más libertad en el periodismo?
—Sí, el ancho es mucho más ancho para poder opinar. En el periodismo moderno y en las redacciones se busca siempre el grado de ecuanimidad. Se pueden confrontar ideas -todos tenemos una línea editorial, esto es innegable- pero que no te echen de tu laburo por estar hablando contra Macri, como pasó en otras épocas. Hoy hay muchos periodistas que se sienten más liberados en el ejercicio de su profesión. Naturalizamos el hecho de pensar que había que resguardarse porque corría peligro nuestro laburo.
¿Qué te genera ver muchos colegas sin trabajo porque estaban en medios que eran sostenidos únicamente por pauta oficial?
—Me agarra mucha tristeza, me solidarizo. Hubo muchas personas que se entreveraron en los medios de comunicación no porque sentían realmente el periodismo sino porque era un medio para lograr otro fin determinado que nada tenía que ver con nuestra profesión. Me solidarizo con todos los diarios, revistas, que formaron parte de ese conglomerado cuyo fin no era precisamente hacer periodismo. Lo que pasó tiene que ver con esos desmanejos de gente que tenía objetivos más que de ejercicio de la profesión, dinerarios o de ver qué pasa. No es así como se sostienen los medios de comunicación.
Estás en la Televisión Pública con tu programa Ambiente y medio. ¿Cómo estás viendo el canal hoy?
— Esta Televisión Pública es más abierta. Hay un programa que a mí me gusta mucho que se llama Ronda de editores, que en la época del kirchnerismo estoy seguro que no podía haber un programa así porque no podías tener sentado al editor de Página 12, a [Martín) Granovsky y a [Julio] Blanck y todos dan su opinión. La Televisión Pública tiene la obligación de hacer escuchar todas las voces. Ha habido un concepto desde el punto de vista periodístico que ha cambiado, veo los noticieros y hay una búsqueda de objetividad que antes no había. En lo que hace a nuestra actividad como productora tener un programa de lo que creo que debe buscar una televisión pública que es hablar de cuestiones que no se hablan en la televisión privada porque se cree que no son tan taquilleros o masivos. Hoy con Ambiente y medio te puedo decir todo lo mal que le hacés a tu vecino y a la humanidad dejando una canilla abierta, no separando la basura. Tenemos una sección que se llama Cicatrices donde en retrospectiva hablamos desde la historia todos los errores que cometió el ser humano para llegar a donde estamos. Vamos por más porque estamos con la fundación. Queremos ir a los colegios con todo el equipo a hablar de medio ambiente.
Te traigo un poco a la actualidad. ¿Nos vamos a amigar los argentinos?
—Yo espero que sí, no pierdo las esperanzas. Algunos dicen nos tenemos que dejar de hablar de la grieta, yo creo que uno se amiga hablando, no con el sentido de la pelea sino con el sentido de buscar qué puedo sacar de bueno de lo que vos me decís aunque disienta con vos y viceversa. Tenemos que aprender a escuchar lo que no nos gusta. Si no nos amigamos entre los argentinos, creo que vamos a estar en un serio inconveniente para consolidarnos como el país que queremos ser. No estoy hablando de Cambiemos o Frente para la Victoria, estoy hablando de nosotros mismos como personas.
A mí me gusta tu mirada optimista. Leyendo las distintas notas que hicimos, encontré este textual de la primera charla, hace tres años, Ramón todavía no había nacido. Hablabamos de la crisis que vivía el país y me dijiste: "Yo creo que se puede salir rápido, lo que pasa es que tenés que tomar medidas de shock contra los principales problemas: inseguridad, inflación, puestos de trabajo. No te hablo de un lustro, te hablo de que en dos años esto se puede solucionar."
—Que optimista que siempre he sido. Siendo exégeta de mí mismo. El tema inseguridad se ha reconocido que existe. Paradójicamente, hoy hasta la propia ex presidenta, que no hablaba de inflación y de inseguridad, se sube a un escenario y habla de los dos temas. Tenemos que reconocer que, llamalo Macri, llamalo María Eugenia Vidal, van contra la policía corrupta, van contra los comisarios que te venden la franquicia de cuánto recauda tal comisaría depende de dónde esté ubicada, van contra la mafia de La Salada. El primer paso se está dando. Después, obviamente, tenés al policía que es exonerado, que no se va a ir con los clasificados abajo del brazo a buscar laburo y empezás a tener gente enojada y probablemente hasta peligrosa en la calle o por fuera de las instituciones.
¿Nuestra generación va a llegar a ver una Argentina distinta?
—Desde lo que se ha planteado Cambiemos, el objetivo es auspicioso, la marcha y cómo lo están llevando adelante es donde podemos polemizar largo rato porque entiendo que tenemos que partir de distintas realidades. La economía es asignatura pendiente total. Realmente los inversores están mirando lo que va a pasar en las próximas elecciones para ver qué pasa pero la inflación sigue siendo un problema que este gobierno no ha sabido dominar. No hay que subestimar a la ex presidenta, en su acto de presentación de Unidad Ciudadana, lo primero que dijo es una frase estratégicamente muy estudiada: "Quiero hablarles respecto de la gente que nos ha venido a desorganizar la vida", cuando en realidad al kirchnerismo la ha faltado una mirada crítica respecto de por qué el país antes que asumiera Macri llegó con casi un 30 % de pobres.
¿Qué crees qué va a pasar con las elecciones?
—Si la gente vota teniendo en cuenta cómo se siente ahora, y que ha perdido el laburo, la changa, que no llega a fin de mes y que realmente todo ha aumentado y mucho, el gobierno puede estar en problemas. Por eso no hay que subestimar a Cristina Fernández de Kirchner. Ahora, si vos sabés comunicar, que esta es una gran falencia del gobierno, y decirle a la gente: "Estamos haciendo todo lo posible, nos encontramos un déficit fiscal tremendo, se acabaron los subsidios porque si no el país se funde". Si sabés comunicar bien las cosas y el presidente sale bien parado de estas elecciones, ahí sí podrán venir esos brotes verdes o esas inversiones que tanto se desean. Acá va a ser una pelea de quién impone el criterio del voto para que la gente siga acompañando o no, porque muchos te van a votar con lo que les está pasando ahora y ahí es donde puede correr riesgo el Gobierno.
Hablaste de la estrategia comunicacional, ¿Qué pasa con las marchas y contramarchas?
—Está bien reconocer los errores, si esto te pasa todos los días ya estamos hablando de ineficiencia. Pero como te decía, comparado con el anterior gobierno que no te reconocía ningún error, evidentemente eso es un activo. Los pequeños logros de este Gobierno por ahí duran poquito porque no los saben comunicar y los errores, los tiros en el pie que se pegan, tienen que remarlos días enteros.
¿Al Gobierno le sirve Cristina candidata?
—El Gobierno fogoneó tener del otro lado a Cristina candidata, pero esa es un arma de doble filo. Si vos hiciste crecer de vuelta a Cristina pero después crece mucho más de lo que habías pensado, cuidado, porque ahí pueden suceder otras cosas. Generaste una candidata a presidenta en el 2019. Las causas en la justicia que se están investigando, que muchas veces van con los vientos que corren políticos, pueden aminorar su presión. ¿Se entiende lo que digo? Los jueces miran qué está pasando con aquellos que están procesados. (Fuente: Infobae)
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