Se cree que los restos humanos hallados por un lugareño en el río Vilcanota podrían pertenecer a Federico Farías, el joven argentino que desapareció en inmediaciones de las ruinas de Machu Picchu hace 29 días.
Las partes del cuerpo encontradas se hallaban en avanzado estado de descomposición. Fueron localizadas por un lugareño que dio aviso sobre ellas a la Policía. Los restos fueron trasladados a una morgue y se estima que su identificación vía ADN demorará unos tres días.
A partir del hallazgo se suspendieron los operativos de búsqueda, medida contra la que la familia y allegados al chico reclaman, ya que consideran que de no tratarse efectivamente del cuerpo de Federico se estaría perdiendo valioso tiempo en la esperanza de hallarlo con vida.
Para manifestar su oposición al abandono de los rastreos, la familia del joven convocó para esta mañana a una sentada en Plaza de Mayo.
"Yo no puedo confirmar de que se trate de Fede. Solo hallaron un tronco con parte del brazo izquierdo y la cabeza, todo está en esqueleto, no pueden asegurar de que se trate de mi hijo, ya hemos exigido que se le practique un examen de ADN", dijo el padre del joven, que junto a otro de sus hijos viajó a Perú.
"No quiero que la búsqueda se paralice por esto (el hallazgo del cadáver), los resultados del ADN llegarán en cuatro días de Lima, hasta eso quiero que la búsqueda continúe, qué pasa si no se trata de Federico, y es otra persona", señaló el padre del chico según cita el diario peruano Correo.
Federico, de 21 años, se contactó con sus allegados por última vez el jueves 4 de mayo desde Aguas Calientes. Ese día contó que al día siguiente visitaría las ruinas de Machu Picchu. Desde entonces, nada se sabe de él.
El joven había salido de viaje hacia el norte de América Latina en febrero de 2016 con un grupo de amigos. Tras llegar al Caribe inició un lento retorno al país. La de Perú era una de sus últimas escalas en el periplo de regreso a su casa. Su familia vivió siempre en San Isidro, hasta hace tres años, cuando se trasladó a Mar del Plata.
Aunque el joven había iniciado el viaje con amigos, al momento de desaparecer estaba solo. "Sus acompañantes fueron regresando desde diferentes lugares en diferentes momentos", explicaron de su familia a este diario.
Pocas horas después de que se denunciara la desaparición de Federico, la dueña del hotel en el que él se alojaba encontró sus documentos y parte de su equipaje en su habitación.
Después, un turista contó que el 5 de mayo alrededor de las diez y media de la mañana vio cruzando el río Vilcanota, cerca de los Jardines de Mandor, a un muchacho que mantenía en lo alto un atado de ropa y que fue arrastrado por la corriente. "Vimos que aparentemente iba salir hacia la orilla", contó el testigo, que se puso en contacto con la familia de Federico.
El turista señaló que en su momento creyó que aquel joven era parte de un grupo de trabajadores que lo miraban cruzar desde una orilla.
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