Según supo Clarín de la Dirección General de Asuntos Consulares de la Cancillería argentina, un análisis preliminar de la mandíbula y los dientes de los restos óseos hallados días atrás, contrastados con las fotografías de la búsqueda, resultarían "un indicio de que los restos encontrados serían de Federico Farías". De todos modos, de Asuntos Consulares recalcaron que resta conocer el resultado final del ADN.
El caso de la desaparición de Federico Farías se prolonga y no encuentra desenlace, lo mismo que la angustia de sus seres queridos. Según le contó su familia a Clarín, de la Justicia peruana les comunicaron que los resultados del test de ADN que podría confirmar que los restos hallados la semana pasada en un río son los de Federico Farías demorarán meses.
Ante esta situación, los allegados del joven reunieron el dinero necesario para encargar un análisis de ADN particular, cuyos resultados estarán la semana que viene.
Clarín se puso en contacto con la fiscal a cargo del caso, que manifestó no poder atender a las consultas de este diario.
Laura Bartual, tía del chico perdido, contó que si la familia pudo afrontar los gastos del análisis de ADN privado, como antes los pasajes para que viajaran a Perú el padre y un hermano de Federico, y otros gastos, fue gracias a la ayuda de amigos, conocidos y otras personas que donaron dinero.
Bartual señaló además que hace varios días que no tienen contacto con ningún representante de la Cancillería argentina ni del consulado argentino en Perú. "El papá de Federico tiene alojamiento y comida gracias a la solidaridad de la gente de Cusco; y el pasaje de regreso del hermano de Federico pudimos pagarlo gracias a la ayuda de la gente", contó la tía del joven perdido.
Sin embargo, de la Dirección General de Asuntos Consulares de la Cancillería argentina, señalaron que desde el 2 de junio el padre y el hermano de Federico no responden a los llamados del Consulado en Perú. "Se desea destacar que los familiares en Perú han rechazado sistemáticamente la asistencia psicológica proporcionada por Comca (Comisión de Cascos Blancos), (por parte de una) profesional que se alojó en el mismo hostal que el padre y hermano de Federico a fin de procurar su asistencia y contención", dijeron desde la Cancillería.
La misma fuente asegura que las autoridades peruanas "siguen peinando la zona de Mandor y del río, a fin de buscar restos adicionales".
Las partes de un cuerpo humano que se están analizando y que se cree que podrían ser de Federico Farías fueron halladas por un lugareño en el río Vilcanota, en avanzado estado de descomposición.
Federico se contactó con sus allegados por última vez el jueves 4 de mayo desde Aguas Calientes. Ese día contó que al día siguiente visitaría las ruinas de Machu Picchu. Desde entonces, nada se sabe de él.
El joven había salido de viaje hacia el norte de América Latina en febrero de 2016 con un grupo de amigos. Tras llegar al Caribe inició un lento retorno al país. La de Perú era una de sus últimas escalas en el periplo de regreso a su casa. Su familia vivió siempre en San Isidro, hasta hace tres años, cuando se trasladó a Mar del Plata.
Aunque el joven había iniciado el viaje con amigos, al momento de desaparecer estaba solo. Sus acompañantes fueron regresando desde diferentes lugares en diferentes momentos.
Pocas horas después de que se denunciara la desaparición de Federico, la dueña del hotel en el que él se alojaba encontró sus documentos y parte de su equipaje en su habitación.
Después, un turista contó que el 5 de mayo alrededor de las diez y media de la mañana vio cruzando el río Vilcanota, cerca de los Jardines de Mandor, a un muchacho que mantenía en lo alto un atado de ropa y que fue arrastrado por la corriente. "Vimos que aparentemente iba salir hacia la orilla", contó el testigo, que se puso en contacto con la familia de Federico.
El turista señaló que en su momento creyó que aquel joven era parte de un grupo de trabajadores que lo miraban cruzar desde una orilla.
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