Bajo el lema “Memoria agradecida, esperanza comprometida”, la Diócesis de San Isidro celebró el sábado la Solemnidad del cuerpo y la sangre del Señor, a este festejo se le sumó el de los 60 años de vida de esa Diócesis.
Más de 3.000 personas participaron de este encuentro que transcurrió en un clima de gran emoción y alegría; comunidades parroquiales de los cuatro Partidos que integran esa Diócesis llegaron hasta las instalaciones del colegio Marín donde el Obispo, monseñor Ojea, presidió la celebración.
Concelebraron, además de sacerdotes de la Diócesis, monseñor Fassi, Obispo auxiliar; monseñor Casaretto, Obispo emérito de la Diócesis. Se encontraba junto a ellos el padre Jorge Eduardo Scheining, quien fue electo Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján.
En su homilía Monseñor Oscar Ojea alentó a los presentes expresando que: “Memoria agradecida, esperanza comprometida: estos dones nos comprometen más a la misión de la Iglesia, a la transformación misionera de la Iglesia de la que nos habla el Papa Francisco en la “Alegría del Evangelio”. Nos compromete a pensar como estamos llevando el Evangelio en nuestras comunidades, para que todos estén incluidos en los dones de Dios y en el tesoro de la fe”.
Asimismo, el Obispo manifestó que: “Para dar gracias tenemos que detenernos y aprender a contemplar. Dar gracias es propio del que mastica la vida, del que la disfruta, no del que la traga simplemente, como si todo fuera igual o porque todo tiene que ser así. A veces estamos como mecanizados y creemos que todo es fruto de la técnica o de lo que nosotros vamos logrando a través de nuestra propia industria”. Afirmando el tono de gratitud de su mensaje, dijo que: “La Eucaristía es acción de gracias y nosotros venimos hoy a eso. Adorando al Señor damos gracias, como los pobres, por todo lo que hemos recibido en las comunidades”.
Al finalizar la Misa, el Obispo invitó a la Iglesia diocesana a la Ordenación episcopal del Padre Jorge Eduardo, que será el próximo 15 de julio, a las 11hs., en la Basílica de Luján.
Luego de la Misa, todos entonaron el feliz cumpleaños a la Diócesis y compartieron una torta gigante preparada por grupos parroquiales.
El grupo de scouts de Florida sirvió mate cocido y tortas fritas a todos los presentes.
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