Néstor Puppo es un fanático del rock. De eso no hay dudas. A fines de los ‘60 fue parte de la naciente “música beat”, cuando con su banda “Prohibido Estacionar” llegó a participar de los míticos festivales Pinap. Después la vida lo llevó por caminos alejados de esos escenarios. Pero la pasión seguía allí. Y fue esa pasión la que, medio siglo más tarde, lo metió en el proyecto “Rock Argentino en estado sinfónico”, una increíble aventura dirigida por su amigo, Gustavo Gregorio, de la que participaron más de 30 músicos del rock nacional de entonces y hoy y una orquesta sinfónica ucraniana.
En el invierno de 2013 conoció a través de un amigo en común a Daniel Irigoyen, cantante y guitarrista argentino residente en España. En una de las tantas visitas de Daniel al país, Puppo se enteró de un proyecto musical que tenía en mente.
“Había grabado canciones de nuestro rock nacional por una orquesta, una idea que me pareció maravillosa. Me comentó que era un disco que soñaba hacer pero que necesitaba juntar a un grupo de personas que quisieran ayudarlo”, cuenta Néstor.
El amor por la música, especialmente por esas canciones que tanto lo acompañaron durante su adolescencia, lo llevo a no dudarlo ni un segundo más y a embarcarse en este nuevo camino. “Lo llame y le dije que contaba conmigo, que yo financiaría el CD. Todavía me acuerdo de su voz de felicidad cuando se lo comunique. Unos días después partí para Madrid, donde todo comenzó”, declara el vecino de Martínez.
Las reuniones de trabajo comenzaron enseguida, donde Néstor se junto con Gregorio -quien se encargó de la orquestación y producción artística del disco-, Miguel Cantilo, el director de orquesta Claudio Ianni y el técnico de grabación Javier Ventimiglia. “Primero debíamos pautar donde se podía grabar la orquesta. Idea va, idea viene, nos decidimos por la ‘Orquesta de Radio y Televisión Ucraniana’, en Kiev. Sería nuestro siguiente destino”, cuenta.
Durante una semana, la orquesta grabó seis horas por día las bases para temas fundacionales. La lista es increíble: “Muchacha, ojos de papel”, de Almendra; “Presente”, de Vox Dei; “Madre, escúchame”, de Los Gatos; “Violencia en el parque”, de Aquelarre; “Nunca lo sabrán”, de Pappo; “Avenida Rivadavia”, de Manal; “Dónde va la gente cuando llueve”, de Pedro y Pablo; “Post crucifixión”, de Aquelarre”, y “Del gemido de un gorrión”, de Alma y Vida, entre otros.
“Tuve el privilegio de ser el único espectador sentado en esa maravillosa sala, escuchando esos ‘himnos’ que más de una vez lograron que me emocione hasta las lágrimas”, declara con emoción.
Lo mejor, de todos modos, estaba por venir. La gira de Puppo que había comenzado en España y pasado por Kiev, volvió a Buenos Aires donde músicos como Litto Nebbia, Ricardo Soulé, Gustavo Santaolalla, Claudio Gabis, Alejandro Medina Rubén Goldin, Gabo Ferro, Claudia Puyó, Carlos Mellino, Bernardo Baraj, Emilio del Guercio y varios más pusieron sus instrumentos y sus voces. El último paso fue Los Angeles, donde el ganador de 14 premios Grammy Gustavo Borner masterizó la obra.
A fines del año pasado, el disco ya era una realidad. “El CD ha llegado a todos lados, es algo muy gratificante porque lo hicimos a puro pulmón. Me llena de orgullo cuando las personas lo escuchan y nos felicitan”, expresa Puppo.
El resultado final es sorprendente, y no sólo para quien escuche el disco sino también para los que participaron. Basta encontrarse con los testimonios de algunos de los músicos que se sumaron al proyecto.
"Es algo absolutamente inédito, que nunca se había abordado. Creo que va a dignificar enormemente las obras, las canciones, es como llevarlas a un extremo de instrumentación y de presentación que nunca habían tenido, con una mirada casi cinematográfica de cada una de ellas", dice Miguel Cantilo.
Para Ricardo Soulé fue "una gran oportunidad poder hacer una versión de Presente". Y destaca: "Es una canción que llevo tantos años tocando, en una versión sinfónica que preparó Gustavo (Gregorio) que en verdad está muy linda.".
“Fue muy inspirador cantar con una orquesta, nunca lo había hecho -destaca Gustavo Santaolalla-. Creo que secretamente siempre lo había deseado pero nunca se había presentado la oportunidad. Este disco tiene una gran emotividad, tiene algo que moviliza mucho y que nos conecta con nuestra identidad musical, con algo que tiene que ver con nuestra historia, con la historia de la música argentina. Me siento muy orgulloso y muy honrado de ser parte de este proyecto.”
El propio Gregorio cuenta: “Mi homenaje a todos estos músicos que han sido mis maestros nació del corazón mientras experimentaba con el entorno sinfónico. La mejor manera de darles algo a cambio, por todo lo que me han nutrido musicalmente, son estas orquestaciones de sus canciones. Este es mi agradecimiento a ellos..
“Estamos hablando con las personas del Centro Cultural Kirchner para hacer un recital con los mismos artistas y las mismas canciones. Queremos que todos disfruten de estas obras maestras en una forma única”, adelanta Néstor Puppo. Y cierra: “Es un álbum exquisito álbum que sin dudas le puede dejar una huella importante al patrimonio cultural argentino”. (Fuente: Clarín)
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