El Obispo habló, sobre distintas problemáticas haciendo especial foco en la referida a la adicción a las drogas y los conflictos sociales que genera entre los jóvenes de los barrios más vulnerables del área diocesana; en tal sentido manifestó que: “En La Cava han muerto 15 jóvenes en los últimos 8 meses en enfrentamientos atravesados por la problemáticas generadas por la droga y la violencia en sí".
Ante la compleja situación social, según expresó Ojea, si bien existe una preocupación y un involucramiento progresivo del Estado, también existe un abandono que debe revertirse, llevando a todos los actores al diálogo social.
El Obispo hizo hincapié en la necesidad de visibilizar la complejidad que atraviesa la vida de estos jóvenes y sus familias que viven en distintos barrios que integran el área diocesana. A partir de esa toma de conciencia se podrá hacer mucho, abordando desde distintos ángulos el problema social.
En referencia a las celebraciones pascuales el Obispo destacó la participación de las comunidades en la representación del Vía Crucis, como así también el mayor involucramiento de las personas a partir de la actitud en salida que ha adoptado la Iglesia en los últimos tiempos.
Hacia el final del reportaje, monseñor Ojea se refirió a “la grieta social”, afirmando que él elige hablar de herida en lugar de grieta, ya que permite referirse al daño que sufre una persona y que requiere de cuidados progresivos que llevan de manera lenta pero segura, a la curación.
A modo de cierre destacó los sesenta años que cumplirá próximamente la diócesis de san isidro y su firme opción por los pobres.
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