Tras una larga jornada de trabajo fuimos al encuentro del doctor Carlos Castellano, actual presidente del HCD y primer candidato a concejal de la lista Cambiemos que lidera Gustavo Posse, que nos esperaba amablemente para compartir unas palabras acerca de su vida en exclusiva con Postales de San Isidro, de nuestro querido partido y de lo que representa este año electoral.
Carlos, ¿cómo y cuándo te acercaste a la política y qué expectativas tenías en ese momento?
Me acerqué por intermedio del padre de un amigo, que observó que eramos casi adolescentes pero que nos interesaba opinar de política. Corría el año 1982, tenía 17 años y la guerra de Malvinas nos movilizaba fuertemente ya que teníamos amigos que estaban cumpliendo con el servicio militar. Tuvimos así el primer acercamiento clandestino con la política, ya que la dictadura militar había prohibido la vida democrática. Tras la derrota argentina se inició un proceso de apertura democrática y cientos de jóvenes nos acercábamos a participar por primera vez tras muchos años de silencio y temor. La defensa de los derechos ciudadanos, la posibilidad de opinar y poder mejorar o cambiar lo que veíamos mal, el ejemplo de hombres como Raul Alfonsín o Melchor Posse me movilizaron muy fuerte. Quería ser parte de esa nueva historia que comenzaba a escribirse en la Argentina, quería ejercer mis libertades.
¿Cómo se vivía la política en aquellos días y que generaba en la sociedad?
La política se vivía -yo todavía la sigo viviendo- de forma muy intensa. Los militantes y dirigentes se reunían a discutir de temas políticos tanto en los comités como en las casas de vecinos o afiliados. Todo el proceso electoral de 1983 fue marcado por altísimos niveles de participación ciudadana. La sociedad salía de su silencio y se expresaba en libertad. Volvían los recitales y artistas que habían sido censurados o perseguidos, descubríamos las aberraciones de la dictadura, debatíamos política en todas partes, florecían los centros de estudiantes, los locales partidarios, los actos públicos de los candidatos y partidos. Los militantes pintábamos paredes, distribuíamos volantes en las esquinas, nos capacitábamos para debatir, consumíamos muchos libros de economía, política, sociología de autores que eran referencia y estaban ocultos en los claustros y las librerías. La actividad política era bien vista, como una actividad noble y de servicio público.
Además de tu participación en la política y de graduarte de abogado, viviste tu adolescencia en San Isidro ¿que recordas con más nostalgia?
- Yo viví una infancia y una adolescencia muy feliz. Mi familia era una típica familia de trabajadores. Yo trabajo desde los 12 años, hacía jardines. Primero ayudando a mi viejo y luego, desde los 13, solo. Recuerdos y nostalgias hay muchos. Los veranos y carnavales del Club Acassuso, mi colegio secundario el Comercial de San Isidro, los partidos de fútbol en los potreros que todavía había en “Las Casitas” o en el Colegio Santa Isabel o en el Segundo Fernández, la semana de la juventud, las distintas fiestas de colegio que se organizaban todas las semanas en distintos salones, clubes o casas de familia, poder volver de madrugada caminando por las calles de San Isidro cuando volvíamos de bailar, los encuentros en “Pumper Nic”, “Dantes” o el viejo “Pepinos”.
Y tus amigos, ¿con quienes forjaste las mejores anécdotas de la infancia y la adolescencia?
Siempre tuve un grupo grande de amigos, pero con Gabriel Estoroni, Mariano Alvarez, Pepe Perpiñan, Pablito Sönne, el Negro Carelli, Javier Jaureguiberry, Claudio Diaz, tuvimos muchas historias adolescentes muy divertidas. Además habíamos sido todos compañeros en el Colegio Comercial y se sumaban otros amigos de otras divisiones como Gustavo Subilivia, Anselmo Oneto, el Yanqui Zaragoza, Leo Villar.., son muchos y bueno, en los nombres de ellos seguramente trato de incluir a todos los demás que formábamos parte de esa barra inmensa de adolescentes estudiantes del secundario.
Volviendo al presente, ¿qué representa para vos este año electoral?.
Más trabajo.! (risas..), porque además de atender la gestión de gobierno hay que dedicarle más tiempo a los temas partidarios. Se trabaja en llegar a acuerdos electorales, comunicar al vecino quienes son los candidatos, comunicar las propuestas en las que estamos trabajando y pensando implementar, imprimir boletas, preparar la fiscalización de la elección, y un sin número de acciones que hacen a los procesos electorales.
Y ¿qué representa para el conjunto de la sociedad?
La posibilidad de elegir en qué Ciudad quiere vivir y quienes creen que están más capacitados para gobernar y alcanzar esos objetivos comunes.
¿Qué puede esperar el vecino de San Isidro para los próximos cuatros años desde el Concejo Deliberante?
Si logramos nuevamente el apoyo de los vecinos este seguirá siendo un espacio de encuentro, transparencia, consenso, defensa de los valores republicanos, austeridad y planificación sustentable para las políticas públicas municipales que buscan solucionar los problemas comunes que tenemos los sanisidrenses. Es un Concejo que puede mostrar que cuida la plata de los contribuyentes generando ahorros de más de un 20% de su presupuesto que vuelven para ser usado en servicios a los vecinos; que no vota excepciones al Código de Edificación como ocurre en la Ciudad y otros municipios vecinos que llenan de edificios en altura los barrios residenciales; que construye consensos donde casi el 90% de los Proyectos se votan por unanimidad; que obliga a los concejales a presentar declaraciones juradas para aportar transparencia. Un Concejo donde los vecinos pueden participar de las Comisiones de trabajo y hasta presentar proyectos. Trabajamos para que sea un lugar abierto a la comunidad, como debe ser una buena relación entre vecinos.
Desde el kirchnerismo se ha tratado de imponer una idea acerca de cómo se tienen que involucrar los jóvenes en la política. ¿Cuál es tu reflexión acerca de la participación de los jóvenes en la política?
Es fundamental que los jóvenes se involucren en la actividad política. Ellos nos aportan la mirada de futuro, que nos permite planificar tanto los problemas como las soluciones que va a enfrentar la vida en la Ciudad próximamente. Saber que en pocos años vamos a estar gestionando con ciudadanos que son nativos digitales nos obliga a repensar la comunicación estado/ciudadano; como también los cambios sociales que se producirán en instituciones tradicionales como son la escuela, las empresas, el ordenamiento del transporte y el tránsito, la seguridad, la salud, etc.
No coincido en cómo el kirchnerismo pretende que se involucren. No creo que el camino sea la construcción de organizaciones juveniles sostenidas con la plata del Estado, y donde esos jóvenes dejan de ser militantes para pasar a ser “empleados” de un jefe político. Eso no ayuda a la política entendida como bien común. Tampoco ayuda a la construcción de un espíritu crítico y participativo, esencial para la cultura democrática. Esas organizaciones juveniles cerradas, cuyos integrantes solo reciben órdenes de jefes, que se denominan “soldados” en lugar de considerarse “ciudadanos” o “actores sociales”, donde si no obedecen pueden perder el empleo, terminan siendo funcionales a la construcción de una cultura autoritaria que poco ayuda a la democracia participativa que debemos fortalecer.
Hace varios años que son gobierno. ¿Qué les queda por hacer?
Hicimos y hacemos mucho. Pero todavía queda muchísimo por hacer..!! Como en la vida de las personas o de cualquier organización, la búsqueda de mejorar San Isidro también es permanente. Quedan temas que aun faltan mejorar, como el plan de recuperación de veredas y espacios públicos; seguir reclamando al gobierno provincial para que el Municipio pueda manejar la Costa y el Puerto; lograr que los municipios puedan tener policías propias, para no seguir dependiendo de las fuerzas provinciales o federales; el recambio de toda la red de luminarias públicas y encintado asfaltico, que ya comenzamos; seguir invirtiendo en el sistema de salud, que es de excelencia pero todavía puede mejorar; aumentar los servicios y la infraestructura de algunos Campos de Deportes, donde también estamos incorporando actividades culturales y recreativas; entre otros temas. Pero también hay que tener sensibilidad para detectar y anticipar los nuevos problemas que surgen en una sociedad que es dinámica. Sustentabilidad en el tránsito, conectividad informática de toda la ciudad, nuevos desarrollos tecnológicos para la gestión que en pocos años tendrá que vincularse con ciudadanos que son nativos digitales son desafíos sobre los que ya estamos trabajando.
¿Entre qué alternativas va a elegir el vecino?
Entre el modelo del kirchnerismo, que se ve en muchos municipios del Gran Buenos Aires, en la gestión provincial y nacional o en un modelo de valores y gestión como el nuestro en San Isidro.
Y ¿los otros partidos o candidatos?
Podrán competir por si tienen un concejal más o menos, pero no son alternativa de poder. Y muchos de ellos han sido funcionales al kirchnerismo votando con ellos en el Concejo Deliberante con el solo fin de desgastar al gobierno local. Ven el árbol pero no el bosque. El poder lo detenta el kirchnerismo. Son la segunda fuerza electoral en San Isidro y tienen el principal bloque de oposición, con varios integrantes que forman parte de La Cámpora. Manejan cientos de militantes que son parte del Estado Nacional o Provincial, la ANSESS, PAMI, IOMA, designaciones de Jueces, Fiscales, Policias, miles de planes sociales, subsidios para entidades, medios de comunicación públicos y fuertes vínculos con algunos privados. Ellos son el poder real, al que solo se los puede enfrentar democráticamente con gobiernos locales fuertes política y socialmente.
Carlos, escuchándote con atención, nos surge preguntarte ¿por qué el vecino debería elegirlos a Ustedes?
Nosotros ofrecemos un modelo de gestión sustentado en valores. Gracias a ello hemos podido hacer que San Isidro sea distinto no solo al resto del Conurbano –donde el crecimiento de barrios de emergencia, falta de servicios básicos, ineficientes gestiones han sido el común denominador-, sino también impidiendo que el formato de edificios y sobredensidad poblacional de la Ciudad de Buenos Aires se nos venga encima, como está ocurriendo en otros municipios vecinos. Planificamos la ciudad sabiendo que la calidad de vida también se logra manteniendo un nivel de población, priorizando la integración con obras y servicios en todos los barrios, trabajando en red con las distintas organizaciones sociales, sabiendo que en esa búsqueda permanente de mejorar el lugar donde vivimos podemos acertar y errar, pero teniendo también la grandeza de saber corregir si nos equivocamos. Ofrecemos también equipos de gobierno formados por vecinos de San Isidro, que conocen cada barrio, cada problema, que viven nuestra ciudad todos los días, que son de los más reconocidos por su capacidad en gestión municipal en la Provincia. Creo que hemos construido una buena relación de confianza con el vecino en base a la verdad de lo que podemos y lo que aun no pudimos hacer. Saben que sostenemos el esfuerzo para alcanzar los objetivos. No muchos están en condiciones de mostrar trayectorias, equipos y actitud de gestión. Tanto Posse como todo el equipo de gobierno trabajamos para que San Isidro, el lugar que nos eligió y elegimos todos los días para vivir, este cada día mejor.
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