En esos terrenos, luego del acuerdo entre vecinos y los inversores con la intermediación del Municipio, se construirá un complejo de viviendas que respetará la fachada del viejo hospital, uno de los requisitos que impuso el municipio a quienes adquirieron el predio.
El terreno del viejo hospital de San Isidro, después de que el Municipio inauguró en 2003 el nuevo Hospital Central para contar con mayor espacio y mejores condiciones edilicias y de atención, se vendió a inversores privados para financiar parte del nuevo servicio de salud.
Luego de la venta, una asociación civil, hoy disuelta, logró obstruir por vía judicial el emprendimiento, hasta que la Suprema Corte bonaerense rechazó el planteo.
Los compradores del predio habían constituido un fideicomiso atrayendo inversores y, por razones ajenas al municipio, ese fideicomiso comenzó con una serie de conflictos que derivaron en una controversia entre los adquirentes de la tierra y los inversores, en su gran mayoría vecinos de San Isidro, y que impidió la prosecución del proyecto.
Paralelamente, el estado de abandono del predio provocó trastornos de seguridad e higiene, por lo que el municipio debió hacerse cargo de su custodia y mantenimiento.
Ante esta situación, y a pedido de los vecinos, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, trabajó para lograr un acuerdo entre los titulares del predio y los inversores y vecinos. Tras arduas negociaciones, se llegó a un entendimiento entre las partes.
Esta solución va a permitir la iniciación y desarrollo del nuevo emprendimiento: 97 unidades de vivienda, que preservará la fachada del edificio y supondrá una puesta en valor de toda la zona.
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