En las instalaciones del Colegio San Juan el Precursor gran cantidad de alumnos del nivel secundario de San Isidro escucharon atentamente el crudo relato que Joseph Fadelle hizo sobre parte de su vida.
Fadelle, que cuando vivía en Irak se llamaba Mohammed, decidió convertirse del Islam al Cristianismo lo que lo llevó a vivir un verdadero calvario, ya que para los más fundamentalistas de esta religión el cambio religioso constituye un crimen y se paga hasta con la muerte.
El encuentro, que colmó las instalaciones del Colegio San Juan el Precursor, contó con la presencia del vicepresidente del Concejo Deliberante de San Isidro, Andres Rolón; y de la subsecretaria de Cultura y Comunicación de la comuna, Eleonora Jaureguiberry, entre otras autoridades.
Miembro de una importante familia chiíta, Fadelle contó que convertirse al Cristianismo es para el Islam una auténtica locura, impensable entre sus familiares y allegados. Pero el casual encuentro que tuvo durante el servicio militar con un hombre cristiano le cambió la vida.
Él era descendiente directo de la familia de Mahoma y en el islam el cambio de religión constituye un crimen. Tuvo que vivir verdaderas desgracias hasta poder llegar a Francia junto a su mujer y sus dos hijos donde rearmó su vida que puede conocerse en el libro “El precio a pagar”, de editorial Logos.
“El testimonio de Fadelle nos permite conocer una realidad lejana para nosotros sobre los padecimientos que viven los cristianos en Irak. Y es un buen mensaje para que los jóvenes comprendan la libertad con la que se vive en nuestro país”, indicó Rolón.
“Lo que contó Fadelle sobre lo que le tocó vivir es todo lo contrario a lo que se necesita para que el mundo funcione. Hay que ser tolerante, respetuoso de todas las religiones. Es muy malo excluir al otro por todas las consecuencias personales, sociales y políticas que provoca una conducta de este tipo”, expresó Jaureguiberry.
Durante su charla a los jóvenes sanisidrenses, Fadelle aconsejó conocer a Jesucristo “porque con Jesucristo se solucionan todos los problemas. Como cristianos creemos en la convivencia y el diálogo, factores fundamentales en cualquier ámbito de la vida”.
Fadelle destacó que la fatwa (condena a muerte) nunca termina. “No tiene ni tiempo ni lugar. Sigue hasta hoy y pienso que algún día conseguirán matarme. Pero hasta que llegue ese día estoy disfrutando del momento”, expresó y señaló que la situación de los cristianos en Irak hoy día es lamentable.
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