Ante una sala llena de lectores y curiosos, el reconocido escritor cubano Leonardo Padura se presentó anoche en el Auditorium de San Isidro.
“La literatura me trajo hasta acá. El encuentro con el lector siempre es un encuentro cercano que a los escritores nos produce mucha satisfacción; uno escribe en absoluta soledad y compartir el resultado del trabajo con otras personas es muy satisfactorio”, dijo antes de entrar el autor de éxitos como El hombre que Amaba a los Perros y La Novela de mi Vida.
Padura, que comentó que las calles con adoquines y los árboles añosos del casco histórico de San Isidro le recordaban un poco a las calles de su país, es licenciado en filología por la Universidad de la Habana. Trabajó como guionista, periodista y crítico literario. Es conocido, sobre todo, por la serie de novelas policiales, protagonizadas por el detective Mario Conde, por la que ganó varios premios internacionales. Su nueva novela Herejes es una absorbente historia sobre un cuadro de Rembrandt y una saga judía que llega a nuestros días.
La escritora argentina Claudia Piñeiro participó del encuentro con Padura como moderadora e indagó sobre su trabajo, trayectoria e invitó al público a que preguntara. “Él una persona muy agradable; este es un lindo espacio para disfrutarlo porque es un escritor exitoso en todo mundo. Es una buena oportunidad para conocer su obra completa, repasar sus entrevistas y conocerlo en profundidad”.
La invitación se logró por la coordinación entre la Boutique del Libro de San Isidro y la Subsecretaría de Comunicación y Cultura del Municipio. Antes de la charla, la subsecretaria Eleonora Jaureguiberry comentó: “Es un privilegio recibirlo en San Isidro. En estos encuentros entre escritores el espectador se siente como un espía que puede saber qué hablan, aprender sobre su proceso de escritura y entender un poco más sobre su historia”.
Durante el evento Padura se refirió a la importancia de mantener el hábito de la lectura. “No sólo es un disfrute estético sino una forma de conocimiento de otros mundos. Como decía el gran escritor cubano José Lezama Lima, que se consideraba un viajero inmóvil porque sólo había salido de Cuba una vez, para ir a Jamaica la isla más cercana, pero decía que había recorrido el mundo a través de la literatura. Ése es el milagro de los libros, que permiten conocer otros lugares, otras personas, otras formas de pensar”.
Entre el público del auditorio estaba Marcelo López que fue junto con su hijo Joaquín. “En el verano estuvimos leyendo El Hombre que Amaba los Perros y nos interesó mucho su temática, desde dónde aborda temas del último siglo. Esta gran convocatoria muestra que hay un público ávido de estos eventos culturales”.
Otro apasionado por la obra del cubano era Raúl Pacheco. “Vine porque leí sus libros y me gusta mucho cómo escribe. Creo que es muy bueno e interesante que, pese a no estar de acuerdo con el régimen cubano, siga viviendo y escribiendo desde Cuba”.
Un caso distinto es el de María Cristina, vecina de Martínez, que no leyó ninguna novela del autor pero se acercó después de ver un reportaje por televisión. “Lo escuché y me gustó mucho, me generó mucha curiosidad su punto de vista y me gustaría preguntarle si en verdad existe la libertad de prensa en Cuba”.
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