La nutricionista María Victoria Azpiazu, al frente de estos talleres que comenzaron en febrero del año pasado, afirmó que la experiencia fue exitosa, ya que un gran porcentaje entre hombres y mujeres cumplieron sus objetivos con voluntad, trabajo y esfuerzo. “Sociedades científicas mundiales sostienen que con que una persona con obesidad baje el 10 por ciento del peso inicial ya es un logro porque disminuye la aparición de enfermedades como hipertensión, diabetes e infartos, entre otras”, sostuvo.
El objetivo de estos talleres es acercar a todos los pacientes en tratamiento a un lugar de encuentro donde puedan compartir sus experiencias y seguir un plan alimentario adecuado para bajar de peso. Cada reunión tiene un eje temático; fortalecer la voluntad para seguir con los tratamientos, fomentar la actividad física, preparación de comidas saludables, fueron algunos de los temas que se abordaron.
“La misión es que el paciente adquiera herramientas para poder cumplir con su tratamiento, aprender a usarlas es fundamental más allá del descenso de peso”, destacó Azpiazu.
Debido a los buenos resultados del “Grupo de Reflexión”, este año aumentarán la frecuencia de los encuentros, que durante 2013 fueron mensuales. Ahora será con inscripción previa y serán grupos reducidos de diez pacientes.
Sobre la importancia de los grupos terapéuticos, Azpiazu comentó que a veces el paciente obeso se siente solo contra el mundo, que nadie lo entiende, que a nadie le importa que baje de peso. “Todo ello tiene que ver con el contexto de la sociedad en la que vivimos en la que existe una pandemia de obesidad mundial y productos caros para adelgazar. Y, por otro lado, la cultura de la estética delgada. El paciente vive toda esa contradicción como un problema.”
La experiencia del vecino de San Isidro Guillermo Zenca, de 62 años, fue positiva: “Gracias a este taller bajé cinco kilos y lo bueno es que no tuve una exigencia impuesta, los nutricionistas y psicólogos te guían con pautas sobre cómo mejorar nuestra alimentación”.
Para María Elena Tribular, de 60 años, el desafió era mantener los 17 kilos que había bajado. “Tenemos un espacio para compartir nuestras experiencias con personas que viven y sienten la misma situación, nos ayudamos unos a otros. Me causa mucha alegría cuando mis compañeros también bajan de peso”, resumió.
Roberina Ledesma, de 43 años, bajó 13 kilos. Por eso no dudó en recomendar el taller a vecinos y parientes. Marcelo Peruya contó que llegó con casi 90 kilos al grupo y se agitaba al caminar. “Con los tratamientos que hice acá bajé ocho kilos y ahora me siento bien físicamente. El año que viene vuelvo para seguir esta línea de vida sana. La atención en este lugar es fabulosa”, destacó.
Inscripción: ya está abierta. Puede ser vía mail a nutricion@sanisidro.gov.ar o personalmente al consultorio 33 del Hospital Central de San Isidro (avenida Santa Fe 431).
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