Este mediodía se reinauguró el reloj floral ubicado en plaza Mitre (avenida Libertador 16.300, San Isidro), luego de su restauración y puesta en valor. A las 13 en punto, el intendente Gustavo Posse, junto con la familia Testorelli, pusieron nuevamente en marcha el reloj que fue construido por José Testorelli e inaugurado en 1913.
“Es un honor estar con los Testorelli en este reloj tan emblemático de San Isidro, que se inauguró hace 100 años. José Testorelli fue el impulsor del proyecto y su familia siempre se ocupó del mantenimiento”, subrayó Posse.
El intendente explicó que, para celebrar el centenario del reloj junto a los vecinos, durante 2014 muchas de las actividades que organiza el Municipio se realizarán en este lugar. “Hoy damos comienzo a los festejos que se extenderán durante todo el año que viene. Esta plaza será remodelada para dejarla exactamente igual a su diseño original”, agregó.
En 1913, José Testorelli, quien había abierto su negocio de relojería en 1887 en el Distrito, fue convocado por el intendente de San Isidro en ese momento, Adrián Beccar Varela, para la realización de un reloj floral. El jefe comunal había visto en uno similar en una postal que le enviaron desde Edimburgo (Escocia), por lo que le encargó a Testorelli este proyecto que se realizó ad honorem. El reloj se puso en marcha a la medianoche del 31 de diciembre de 1913 ante un numeroso grupo de vecinos en la plaza Mitre.
“El reloj está tan lindo como antes. Fue el primer reloj floral de Sudamérica. La máquina original esta en el Museo Beccar Varela”, contó el vecino e historiador Jorge Tirigall.
Susana Testorelli, viuda de Norberto (nieto de José Testorelli), se acercó con sus hijos y nietos. Muy conmovida, no pudo evitar las lágrimas al recordar a su esposo “quien debe estar muy emocionado con este día”. Y relató que el reloj original dejó de funcionar porque en la época de la dictadura militar pusieron una bomba en la plaza y “nunca pudo volver a ponerse en marcha”.
El subsecretario de Espacio Público, Federico Bereziuk, señaló que los trabajos de restauración, que llevaron 40 días, comprendieron tareas de parquización en los alrededores del reloj, y la renovación de plantas y flores para que luzca en condiciones óptimas. “Mantuvimos el diseño original. Se trabajó en conjunto con la firma Testorelli. Antiguamente tenía un sistema a cuerda y hoy funciona con un mecanismo eléctrico”, resaltó.
“Quiero agradecer al intendente y al Municipio por este regalo que nos hacen con la puesta en valor de este reloj que significa tanto para nosotros”, concluyó emocionada Miriam Testorelli, una de las hijas de Susana.
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