El lunes por la tarde finalizó el taller de teatro y música en la sede del Centro Cívico Beccar (Av. Centenario 1891), al que asisten durante el año niños de entre 8 y 12. Padres, abuelos, amigos y familiares vivieron con mucha alegría la exhibición final de los chicos, que bailaron, cantaron y actuaron.
El curso se brinda, hace siete años, todos los lunes por la tarde, en la misma sede, y enseña lineamientos básicos de instrumentos de percusión y viento que se fusionan a lo teatral: los alumnos trabajan con escenas musicalizadas por ellos mismos y además, a través de juegos, se los incentiva a que fomenten su lado creativo. “Esto ayuda a que se destraben cuestiones de timidez y vínculo”, afirmó Mariano Rivera, profesor encargado de la propuesta del taller.
“La actuación y música sirven para todas las cuestiones de comunicación. Los padres nos comentan, año a año, que descubren cómo sus hijos se desenvuelven mejor como resultado de las clases. Siempre se encara desde el lado creativo y sin ningún tipo de tensión, como una diversión, lo que hace que los chicos quieran volver y eso es lo principal”, explicó Rivera. Y agregó: “Es fundamental que el Municipio apoye este tipo de iniciativas, brindándonos un espacio de promoción y contención, porque fomentan el arte en los jóvenes”.
Sebastián Amica, que fue a ver a su hija Victoria y filmó la clase, dijo, con felicidad: “Estoy muy contento por la evolución de Vicky. Por más cansada que pueda estar del colegio, no falta nunca y viene con mucho entusiasmo. Mariano es una gran persona, excelente profesional y el taller está buenísimo. Recomiendo al resto de los padres que averigüen porque la oferta de actividades es amplia y variada”.
Franco Gotelli, de 11 años, es uno de los alumnos que asistió por segundo año consecutivo al curso: “Me gusta mucho venir, actuar e improvisar obras. Descubrí que de grande quiero ser actor”, contó. Su mamá, Laura, destacó: “La experiencia personal de Franco fue maravillosa. Pudo exteriorizar todo lo que tenía adentro y realmente quiere venir hasta con fiebre. Me parece muy positivo porque los chicos se reencuentran, juegan y aprenden cosas buenas”.
Alejandra Ricagno, madre del alumno Agustín, expresó: “Él vino por iniciativa propia. Siempre le gustó el teatro y a mí, a pesar de eso, lo que me encanta es que todos están contenidos.”
El taller contó con la participación de 20 niños. El año que viene comienza en marzo y los interesados podrán inscribirse, a partir de febrero, acercándose al Centro Cívico. “Nuestras puertas están siempre abiertas. La idea es que se fijen cómo se sienten con las actividades, sin ningún compromiso”, concluyó Rivera.
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