Este título es un reconocimiento que otorgan las universidades a las personas que hicieron un aporte de mérito en el ámbito social y cultural, y que trabajaron para lograr el bien común.
“Este es una distinción muy merecida porque él siempre trabajó para fomentar el diálogo y buscar concordia. Es un hombre que se comprometió para alcanzar el consenso y para que todas las personas participen en pos del bien común”, afirmó Posse ante los académicos, profesores y estudiantes que colmaron el salón.
En 1964 Casaretto se convirtió en sacerdote de la Catedral sanisidrense; en 1983 el Papa Juan Pablo Segundo lo nombró obispo coadjutor; y en 1985 fue nombrado Obispo.
“Recibo este homenaje con muchísima alegría. Con el intendente trabajamos juntos mucho tiempo y estoy muy agradecido con el Municipio porque a lo largo de todos estos años pudimos mantener una relación cordial y de buen diálogo”, sostuvo el obispo emocionado.
Casaretto se dedicó a la Pastoral de Juventud por lo que se lo conoció como “el obispo de los jóvenes”, y fue presidente durante dos períodos de Cáritas Argentina. En la actualidad es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y obispo emérito de la diócesis de San Isidro.
El rector de la UCES, Gastón O’Donell, expuso los motivos por el cual el Superior Consejo Académico de la Universidad lo eligió como candidato para recibir este título y remarcó que fue por su valiosa labor en el ejercicio de su misión pastoral y contribución al desarrollo de una sociedad más justa. Además, destacó que “este es un título que se entrega por motivo del honor, es un reconocimiento a su actividad por el enorme impacto social que tuvo”.
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