Vicenta Montenegro de Quinteros, vecina de San Isidro, nació hace 72 años en Tucumán. Cuenta que sus padres eran muy humildes y no pudieron mandarla al colegio. Hace tres años, decidida a aprender alguna actividad, se acercó a uno de los centros municipales de formación profesional para averiguar por los cursos. Pero para inscribirse necesitaba el título de la escuela primaria. En lugar de quedarse de brazos cruzados, decidió que, pese a sus 69 años, era un buen momento para saldar esa cuenta pendiente.
“Gracias a Dios estoy adelantando mucho. Ahora se leer y todo. Las clases son muy lindas, hay mucho compañerismo y somos todas unidas”, afirma.
Orgullosa, Vicenta cuenta que sus hijos la usan de ejemplo para que sus nietos estudien. “No tengo vergüenza de venir, si el bien es para mí. Si Dios quiere este año me recibo. Y espero poder hacer el secundario después”, concluye.
El Centro de Educación Municipal de Adultos abrió sus puertas en el 2005 con el propósito de dar respuesta a una necesidad comunitaria: que todas aquellas personas mayores de 18 años que no hayan realizado sus estudios primarios o deseen terminarlos, puedan hacerlo. Se entregan certificados oficiales. Los alumnos reciben clases de Inglés y de Informática dentro del horario escolar, ya que se consideran dos herramientas necesarias para el mundo del trabajo.
Raquel Quiroga, directora del Centro, explica que no hay tope de edad, y tienen alumnos entre 18 y 80 años. Y da más detalles: “La matrícula está abierta todo el año. El adulto que empieza en la escuela se inserta en un grupo donde puede expresarse, compartir, sociabilizar, tener acceso a nuevos conocimientos, pero sobre todo revalorizarse a sí mismo. Los alumnos se sienten muy contenidos”.
La escuela tiene dos turnos de lunes a viernes: de 8.30 a 11.30 y de 13.30 a 16.30, y las clases son de marzo a diciembre. “Es totalmente gratuita, y está abierta a la comunidad. Solo se necesitan las ganas de aprender y superarse”, dice Quiroga.
“Las clases son dinámicas. Tratamos de sacar lo máximo de cada alumno, ellos tienen un bagaje de vida y se les incorpora todo lo que les podamos dar. Hacemos mucho hincapié en la parte práctica, que es lo que les sirve en la vida”, subraya Susana Chazanavicius, maestra de las cuatro áreas: lengua, matemática, sociales y naturales.
La docente indica que tiene 22 alumnos en el turno mañana y 23 en el turno tarde, tanto hombres como mujeres, de todas las edades. “Se interesan mucho en lo que les enseño. El que viene acá es porque quiere, es una decisión propia y lo que más quieren es aprender. Son muy exigentes”, agrega.
Carmen Zalazar tiene 54 años, vive en el barrio La Cava y hace cuatro años que asiste a la escuela. Orgullosa de sí misma, destaca: “Yo no sabía leer ni escribir. Ahora les estoy enseñando a mis nietos. Gracias a lo que aprendo, voy evolucionando y sigo en el colegio hasta obtener el diploma de la primaria. Le recomiendo a los que lo necesiten que vengan, para que estudien y salgan adelante”.
“Quería aprender cosas nuevas. Las clases son muy buenas, la maestra enseña y explica muy bien”, señala Mónica Cordera, de 35 años, vecina de Beccar. Y añade: “Es muy lindo aprender a leer y a escribir y el día de mañana poder tener un trabajo y hacer otras cosas”.
Más información: Int. Tomkinson 2130, San Isidro | 4575-4079
centromunicipaldeadultos1@gmail.com
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