En una mañana fría pero con un sol que acompañó durante toda la jornada, se celebraron en Boulogne las Fiestas Patronales de Nuestra Señora del Refugio. El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, participó, junto a cientos de fieles, de los festejos.
“Es una alegría participar con la comunidad de esta celebración y una oportunidad para compartir en familia y con los vecinos del lugar”, afirmó Posse.
El intendente reflexionó sobre esta conmemoración y expreso que “cada localidad tiene su parroquia que, junto con los vecinos, le dan al barrio una idiosincrasia que lo caracteriza”. También destacó que Nuestra Señora del Refugio inicialmente era una capilla y después fue creciendo y se fundó el colegio, que “le da la oportunidad a cientos de chicos de poder estudiar”.
La celebración comenzó con la misa en la Capilla, presidida por el obispo, monseñor Oscar Ojea, junto al párroco del lugar, Ignacio Dodds. Luego se realizó la tradicional procesión que tuvo como destino el Colegio Parroquial Nuestra Señora del Refugio, que tiene 650 alumnos en sus tres niveles. Familias, niños y mayores acompañaron con canciones y rezos todo el trayecto. Para finalizar, se compartió un rico almuerzo donde los presentes se entretuvieron con una muestra de gimnasia a cargo de alumnas del colegio, payasos, la banda del taller de música y un ballet folclórico.
Respecto a esta fecha, Ojea resaltó que “celebrar a la Virgen es celebrar a quien nos protege, es el rostro maternal de Dios. Provoca un efecto enorme en el pueblo, su presencia sensibiliza y ayuda a acercarse a Jesús”. El obispo agregó que “el refugio es el descanso, el lugar donde la persona se siente segura y puede recuperar fuerzas para trabajar mejor”.
Junto a su familia, Diego Frutos, vecino de Beccar, destacó: “Participamos porque nuestros hijos vienen al colegio y es muy lindo disfrutarlo en familia”. Melody Lula, de Boulogne y alumna del colegio, subrayó que le gusta compartir estas fiestas con sus amigos y su familia, todos reunidos en un mismo lugar.
“Mis hijos participan con mucho entusiasmo porque los preparan desde las aulas para llegar a este momento y poder entender lo que se está haciendo”, indicó muy emocionada, Laura, vecina de Pilar.
Julia Vázquez, vecina de la Parroquia desde sus inicios y coordinadora de un grupo misionero, expresó su alegría: “Vivimos este momento hermoso con mucha emoción porque es una fiesta que une a la Parroquia, al Colegio y a la comunidad. Un colegio parroquial es muy importante para un barrio para que las familias se integren y participen”.
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