El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, asistió el lunes por la noche a la cena por el 90° aniversario del Club Atlético Beccar, ubicado en Juan B. Justo 253.
Posse saludó a los socios presentes y a la comisión directiva, y los felicitó por los 90 años de vida del club. “Es una alegría enorme estar acá. Este es un club muy importante con una muy linda historia, que fue acompañando el crecimiento de esta ciudad”.
El intendente subrayó que el club es muy querido por los vecinos de Beccar: “Vienen con sus familias a este lugar de paz, de amigos y crían a sus hijos en un ambiente sano”.
El jefe comunal contó que él se involucró fuertemente con el club, ya que de chiquito vivía en el barrio y pasaba muchos momentos allí. “Me emociona este aniversario. Cuando todavía no era intendente, ayudé a armar el torneo municipal de fútbol y me acuerdo que a este club me costó mucho sumarlo, y hoy el fútbol es una de sus actividades principales y todas las categorías están en los primeros puestos”, recordó.
El presidente del club, Diego Jaime, afirmó: “Este lugar significa mucho para los vecinos. Estuvo a punto de desaparecer y pudimos revertir la situación. Hoy tanto los vitalicios como las nuevas generaciones vuelven a participar de las diferentes actividades. Lo importante es sacar a los chicos de la calle y que puedan venir acá. Pudimos recuperar el espíritu del viejo club de barrio de toda la vida”.
Jaime contó que las actividades que se ofrecen son fútbol infantil, taekwondo, tai chí, clases de salsa, gimnasia artística, patín, entre otras; y que el club cuenta actualmente con aproximadamente 450 socios.
Amilcar Darío Viola tiene 87 años, vive a tres cuadras de la sede y es socio desde 1939. “Es el club de mi vida. Menos jugar al fútbol porque no tenía calidad, hice de todo acá. Mi señora está enferma, pero no me quería perder de esta fiesta”, expresó.
Silvana Alvarado da clases de gimnasia y resalta, orgullosa, que el club es muy importante en el barrio porque ayuda a mucha gente.
“Hace 10 años que soy socio, mi viejo tenía una panadería cerca y conozco a todos los vecinos. Hay una relación muy buena. Es un club familiar. Hay mucha gente que viene a hacer actividades y tiene una onda especial”, subrayó Miguel Ángel Moore, de Beccar.
Otra socia, María Celeste Herrera, destacó que el club recuperó la vida y que hay muchas actividades y mucha concurrencia. “Me emociona pensar que tanta gente pasó por acá y sin ellos nosotros no estaríamos hoy en este lugar”, agregó.
Lautaro Muñoz, de nueve años, juega al fútbol en el club y dijo que le gusta mucho ir para encontrarse con sus amigos.
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