Las caminatas son dirigidas por la profesora Nacional de Educación Física, Carla Cassinerio, quien comentó que los abuelos recorren más de tres kilómetros en un escenario natural. Y hacen una parada para realizar ejercicios en los nuevos aparatos de gimnasia que instaló el municipio en esa zona.
“Los abuelos se sientes plenos con esta actividad”, aseguró Cassinerio tras regresar de la caminata flanqueada por un numeroso grupo de adultos mayores. Además destacó que la actividad física resulta una excusa para crear lazos sociales entre la gente de la tercera edad.
“El balance de estas caminatas es muy positivo, porque a muchos abuelos les genera un cambio de actitud importante en esta actividad es saludable. La alegría que le ponen es un ejemplo para todos”, completó la profesora.
Con una frase, Vilma Maldonado resume el beneficio de esta actividad: “Nos rejuvenece”, dice la vecina a quien le fascina caminar al aire libre con un escenario natural imponente, además de charlar con sus compañeros. “Le agradezco al municipio por haber creado Juventud Prolongada que tan bien nos hace. Hay gente que llega con el ánimo por el piso y en dos meses cambia su actitud, porque caminar es salud física, mental y emocional”.
Oriunda de España, Laura Ferreiro, se instaló en San Isidro hace unos años y cuenta que al descubrir Puerto Libre encontró su lugar para recrearse. “Caminando ejercitamos todo el cuerpo y me hace sentir mejor. Es una actividad para recomendar porque te renueva”, opinó la vecina.
El caso de María José Bergantineos es especial. “Me encontraba en un estado depresivo con ataques de pánico por lo que no salía de mi casa; así que me recomendaron caminar. Me animé y hoy puedo decir que el grupo de gente que encontré aquí me ayudó muchísimo a salir adelante. Realizo las caminatas con una gran sonrisa, es que ahora me siento bárbara. Por eso la actividad realmente es para recomendar”, concluyó Bergantineos.
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