El Centro de Desarrollo Infantil y Estimulación temprana de San Isidro (Av. Rolón 1879, Beccar) comenzó a recibir a las familias de niños con autismo, para que conozcan el nuevo espacio y comiencen con el tratamiento.
“Esta semana empezaron a ser atendidos acá los niños con espectro autista – nosotros hablamos de trastorno del desarrollo- que lo hacían en el Hospital Materno Infantil de San Isidro” explicó la Dra. Ana María Menéndez, a cargo del Centro.
Menéndez contó que han recibido del Hospital cuatro pacientes y una lista de espera de aproximadamente diez chicos. “Y a la fecha ya tenemos 8 pacientes en tratamiento”, agregó.
Menéndez explicó que todos los niños con alguna alteración en el desarrollo concurren a este Centro, que está capacitado para hacer diagnóstico, tratamiento o devoluciones a los profesionales que así lo requieran. “Trabajamos en red con otros centros de psicopatología del mismo municipio, para el abordaje interdisciplinario de los niños”.
Además, dio detalles acerca de cómo funciona el Centro: “Consideramos al autismo como una alteración en el desarrollo de un niño. Si nos tomamos el tiempo para observar al niño, cada uno con su singularidad, vamos a ver una brecha de luz que es por donde nos va a permitir entrar y así es el desarrollo de este equipo. Nosotros observamos a los niños y entramos por donde ellos nos permiten para poder llevarlos a los tratamientos correspondientes”.
La médica hizo hincapié en los beneficios del nuevo lugar, que cuenta con siete salas especialmente preparadas para los tratamientos: Fonoaudiología, Kinesiología, Estimulación Temprana, Musicoterapia, Terapia Ocupacional, Taller de sociabilización y Psicología. El Centro cuenta también con una sala de espera, donde los niños juegan cuando llegan y antes de irse pero lo que hacen allí también forma parte de su tratamiento. “Yo la llamo sala de salida, porque ningún niño se quiere ir”, expresó.
Además, hay una plaza donde se trabaja con la integración sensorial en contacto con la naturaleza, y cuenta con hamacas para trabajar toda la parte del movimiento. Los pacientes son observados por sus padres pero con una distancia prudencial.
Otro de los beneficios de ser tratados en este nuevo Centro, es que sólo atienden niños con trastornos del desarrollo, y no están en contacto con chicos que sufren otras patologías como les pasaba en el Hospital. “Esto permite una continuidad del tratamiento, porque muchas veces nos veíamos obligados a redistribuir los consultorios por emergencias sanitarias, como fue la época de la gripa A o de la bronquiolitis, Entonces acá estamos con un cuidado diferente, porque los niños que concurren son chicos sanos”.
Menéndez subrayo que las familias están muy contentas con el nuevo espacio, que tiene todo un significado. Lo llaman El Nido, ya que el centro se comporta como un hábitat, donde reciben a varias familias pero a cada una se la atiende desde su singularidad. “Las familias se han sentido acogidas en este Centro y cada una será tratada en forma individual”, concluyó.
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