Como todos los domingos, cientos de personas participaron ayer de las clases abiertas y gratuitas de tango y de milonga que se realizan en la Plaza 9 de Julio, de Martínez. Con la presencia del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, la actuación del cantor Carlos Sáenz coronó la fiesta.
Organizada por la Subsecretaría de Comunicación y Cultura, la propuesta “Milonga Callejera” comenzó a las 19.30, con la coordinación y clases a cargo de Gustavo “El Morocho” Gutiérrez y Zulma Ríos.
A su llegada, Posse declaró: “Me gusta venir porque disfruto mucho ver cómo distintas generaciones se integran en la pista de baile”. El intendente adelantó que las clases y la milonga continuarán hasta el 3 de marzo.
En una pausa, Rubén Verón, de Pacheco, contó: “Hace tres años que venimos acá. El lugar está buenísimo; el piso está impecable para bailar. La propuesta está bárbara, es de las pocas que duran tanto tiempo en la calle”. A su lado, su compañera Mabel dijo que lo mejor de asistir a la milonga es bailar y sentir la música.
Antes de subir a escena, Sáenz comentó que diseñó su repertorio pensando únicamente en el milonguero e incluyó valses, una milonga y dos tangos. También confesó que era un honor presentarse en la Plaza y que como artista de San Isidro “siento un compromiso muy grande”
Sobre la propuesta, que se realiza todos los domingos, el cantante aseguró: “Me parece excelente, deberían tomarlo como ejemplo otros municipios porque es elogiable. No todos tenemos la posibilidad de pagar una academia para estudiar baile. Es fabuloso lo que se hace acá. Necesitamos mucho empuje para el tango, esto es de otro planeta”.
Al escenario montado sobre el anfiteatro de la Plaza, subieron Sáenz y los músicos Pedro Martini (bandoneón) y Norberto Vogel (piano), pasadas las 20.45. Comenzaron el recital con “Quemá esas cartas”, a la que siguieron: “Quiero huir de mí”, “Remembranzas” y “Como dos extraños”, que fue dedicada a Melchor Posse.
Durante el recital, la gente siguió bailando en la pista, otros miraban, algunos cantaban; pero todos disfrutaron de la fiesta de música ciudadana que se extendió hasta después de las 22.30.
Compenetradísima con los ojos cerrados y una sonrisa enorme, Ana, de Martínez, dijo que baila tango porque “uno siente que está vivo, el corazón se enciende, el alma vuela, flotas y te deslizas con la música. Es una felicidad total”.
“Está muy bueno venir a ver la cultura que tenemos. Es lindo este espacio y muy recreativo. Es una posibilidad de disfrutar la música”, comentó una joven en una de las gradas del lugar. Alicia de Torcuato señaló: “Vine a bailar y a pasar un buen rato”. Titina, de Martínez, junto a su marido, señaló: “Es la primera vez que venimos. Es muy agradable, los profesores son muy atentos. Hoy vinimos a mirar pero estamos entusiasmados por empezar a tomar clases”.
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