En la sesión del pasado 10 de diciembre el Concejo Deliberante de San Isidro aprobó un proyecto de ordenanza que autoriza al Departamento Ejecutivo a celebrar un convenio de comodato con la institución privada para personas con sordoceguera Fátima con el fin de cederle un terreno de 680,80 metros cuadrados de superficie. Así la institución ampliará su escuela y podrá profundizar su trabajo en pos de la inclusión social.
Ubicada en La Rábida 2688, Beccar, se trata de una institución modelo, que fue una de las primeras en la Argentina que se ocupa de la problemática de personas con sordoceguera.
El proyecto se aprobó con el voto favorable de los bloques Acción Vecinal San Isidro es Distinto (Carlos Castellano, Rita Kuzis, Alfredo Laguzzi, Juana Posse, Elvira Ares, Margarita Pinedo y María Inés Heidenreich); Convergencia Federal (Andrés Rolón); UCR (Jorge Álvarez y Carlos Spallasso); Unidos por San Isidro (Ester Fandiño); Frente Amplio Progresista (Florencia Longo); FAP (PS-LS-UP, Fernando Pose); Peronismo por San Isidro (Pablo Fontanet y Carlos Bologna); bloque Peronista (Aurora Bastidas); Agrupación Ciudadana San Isidro (Pablo Chamatrópulos); y Nueva Acción Cívica Vecinal San Isidro (Ricardo Aragona).
Votaron en contra de esta iniciativa los bloques Partido Justicialista – Frente Para la Victoria de San Isidro (Santiago Cafiero, Jacqueline Girassolli, Leandro Martín, Fabián Brest y Carlos Bringas); y Convocación por San Isidro (Marcos Hilding Ohlsson).
Fátima había solicitado un espacio adicional, que corresponde al terreno lindante para ampliar la escuela para construir residencia y taller para adultos con el fin de incrementar la capacidad de alumnado, abrir consultorios externos de estimulación temprana y de evaluación de discapacidad.
Algunas de las condiciones de la ordenanza implican que la institución otorgará becas al Municipio de San Isidro para la atención de niños con sordoceguera y discapacidad múltiple con base sensorial, principalmente a aquellos vecinos que carezcan de capacidad económica y/o cobertura social para afrontar la cuota mensual de Fátima.
Además – dice el proyecto – se coordinará con el Municipio trabajos conjuntos como cursos, capacitaciones, charlas informativas destinadas a la comunidad sobre sordoceguera y discapacidad múltiple. Justamente, la misión de Fátima es brindar un espacio educativo terapéutico para las personas que sufren esta problemática, incluidas aquellas con limitaciones visuales, auditivas y necesidades adicionales, a fin de lograr su integración social.
La institución considera a la persona de manera integral, mejorando su calidad de vida a través de un trabajo conjunto entre familia, profesionales y la comunidad.
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