El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, junto a amigos, familiares y colegas participaron ayer por la tarde de la misa que se realizó en la catedral local, a un año del fallecimiento del piloto de TC Guido Falaschi.
El oficio religioso, celebrado por el párroco de la catedral, Pedro Oeyen, comenzó pasadas las 19 ante una iglesia colmada de gente.
“A los ojos de la eternidad, la vida siempre será breve. Quizá una mirada de eternidad pueda ayudar a dar paz a los seres queridos de Guido y de quien haya perdido una persona amada”, señaló Pedro Oeyen durante la misa.
Luego de la misa, emocionado, Gustavo Posse recordó al piloto: “Conocí a Guido, en época de vacaciones en el autódromo de Olavarría, cuando él tenía 15 años. Su muerte no debió ocurrir; además de ser un piloto responsable, era un pibe sano. Deportivamente, muchos amigos lo definíamos como un gordo frío, quiere decir que al momento de definir un puesto, parecía muy emotivo, pero él técnicamente hacía una ejecución hasta lograrla de manera limpia. Todos sabíamos que estábamos frente a uno de los mejores pilotos del país”, dijo el intendente.
“Mi recuerdo de Guido es muy bueno. Todo se lo ganó con sacrificio y esmero”, concluyó Posse.
Oriundo de la localidad santafesina de Las Parejas, Falaschi había elegido a San Isidro para vivir.
Como homenaje, el segundo San Isidro Road Show –que tendrá lugar el 24 de noviembre- fue bautizado con su nombre.
Finalizada la misa, se realizó una simbólica suelta de globos blancos en el atrio de la Catedral.
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