El décimo puesto en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 marcó un final de ciclo en el seleccionado masculino de hockey sobre césped. Fue el último tramo de la gestión de Pablo Lombi, sorprendido por la decisión de los dirigentes de la Confederación Argentina, que le interrumpieron el contrato. Según el DT, la CAH le comunicó que lo separaba del cargo porque los resultados no habían cumplido con las expectativas y porque la relación entre el plantel y el cuerpo técnico se había vuelto "irreparable".
La situación condujo a la designación de Franco Nicola, que hoy asumirá funciones en el Cenard y tendrá por delante un ciclo olímpico.
"Estos últimos cuatro años se trabajó bien con Lombi. Si el seleccionado mantenía el resultado favorable en el partido de los Juegos Olímpicos ante España, terminaba quinto o sexto. Pero perdió por una desconcentración; me dolió mucho", apunta Nicola, que rescatará muchas cosas de lo hecho por su antecesor.
¿La Confederación Argentina te exigió resultados?
- No me pidió ningún resultado, sería ilógico. Esto consistirá en tratar de que el seleccionado crezca y se meta en unas semifinales como objetivo definitivo. Los jugadores tienen que saber que debemos crecer como equipo para poder ubicarnos en esa posición, y que seamos reconocidos. No podemos vivir bajo la sombra de las Leonas.
¿Cuáles van a ser los lineamientos generales de tu gestión?
- Seguir la idea de juego que impuse en Banco Provincia, trabajar mucho con la pelota, pero dependerá de los equipos que enfrentemos. A la Argentina, en cualquier deporte, lo que más le cuesta es medirse con rivales de su mismo nivel. En cambio, cuando el adversario es superior, la concentración suele ser mucho mayor. Buscaremos ir variando los sistemas según los rivales.
En Londres 2012 quedó demostrado que es prácticamente imposible acercarse a las grandes potencias, como Alemania, Holanda y Australia.
- Tenemos un déficit grande de infraestructura que es imposible de corregir en el corto plazo: ocho de doce clubes que participan en el Metropolitano juegan en canchas de arena. En cambio, alemanes, holandeses, australianos o belgas jamás actuaron en esa superficie. Hay que jugar el mayor tiempo posible arriba de una cancha de agua [en referencia al modo de mantenimiento, con riego] para estar a tono con el nivel internacional. E intentar que congenien jugadores del exterior con los de acá.
¿Cómo planeaste este último punto?
- Se sumó al cuerpo técnico Jorge Dabanch, que tiene contrato con el club belga Royal Antwerp y que hará dos o tres entrenamientos semanales en Bélgica con los jugadores del seleccionado, ya que son muchos los que actúan en esa liga. Los va a mantener activos en buenas canchas y dentro de un torneo muy competitivo.
¿En qué medida vas a renovar el plantel?
- La generación de los campeones juniors de Rotterdam 2005 sigue vigente porque son jugadores de 26 o 27 años. También los que quedan de Hobart 2001, Rodrigo Vila, Lucas Cammareri y Matías Paredes. A ellos se le sumarán Gonzalo Peillat, que fue olímpico, y veremos a los juniors que están participando en el Panamericano de Guadalajara. Lo mejor es combinar las camadas.
¿Que el hockey masculino se popularice algún día depende exclusivamente de los resultados?
- Por supuesto que los resultados dan una mano muy grande, como ocurrió con las Leonas desde 2000. Pero por más que el seleccionado consiga un logro importante, tenés que acompañarlo con una organización y estructura seria a nivel nacional como sucedió con el rugby, que es el mejor ejemplo. Todo el trabajo desembocará en Río 2016. (Fuente: Diario La Nación)
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