El objetivo de Tigre en el Clausura no es más difícil que ambicioso. En descenso directo, sabía que iba a tener que lucharla con las garras afiladas e incluso necesitaría una campaña de campeón. Pero el Vasco Arruabarrena también sabía cuales eran las armas con las que contaba. Toque con Román Martínez y Morales, altura en las dos áreas y un animal del gol como Carlos Luna.
Así salió a buscar el partido en Mendoza. Pensando primero en el arco de enfrente que en el propio. A pesar de que venía de una dura derrota copera, Godoy Cruz no entró todo lo concentrado que necesitaba y el Matador pegó el zarpazo. O mejor dicho, el salto. Galmarini bajó de cabeza un centro largo y Luna, de palomita, puso el 1-0 (salió descompuesto en el entretiempo). Tan fuerte es este Tigre por los aires que sus cuatro gritos en el torneo vinieron por esa vía.
Necesitado, el Tomba fue. Y como el de Pumpido también es buen equipo, el partido se puso lindo. Pero por más que intentó y hasta mereció algo, nunca pudo quebrar la resistencia visitante. Un buen remate de Villar, un cabezazo tremendo de Ramírez, otro de Olmedo que era gol en todos lados. Javier García jugó un partidazo y mostró que él también vuela a la par del equipo. Fue el mejor en Mendoza.
Tanto ir y rebotar terminó por sacar de quicio a la gente del Tomba. Tito Ramírez se agarró con Echeverría y Pezzotta acertó en expulsarlos a ambos. Pero Tigre vuela. El ingresado Leandro Díaz metió una gran corrida y estiró la diferencia en los minutos finales. En tres fechas, los de Arruabarrena suman siete puntos, están invictos y otra vez se pusieron a seis de San Lorenzo. Para salvarse hay que seguir volando. (fuente: www.ole.com.ar)
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