Con todo el dolor a cuestas y esa sensación de saber que algo quedó abierto, Graciela Falaschi busca cerrar al menos ese espacio con un poco de paz. Y tras ella va. Tal como explica, no quiere perjudicar a nadie, sólo que se sepa la verdad de las causas que derivaron en la muerte de su hijo aquel fatídico 13 de noviembre que enlutó al Turismo Carretera.
Sin embargo, en este último tiempo, donde se animó a contar algunas cosas sobre la muerte de su hijo, Graciela sumó otro revés, aunque ella jura que no le preocupa. En diálogo con Muy, ahondó: “Hace un mes recibo llamados de un número desconocido. No me habla nadie, pero escucho el sonido de autos frenando y luego un disparo. Puede ser un chiste de mal gusto, pero yo lo tomo como una amenaza”.
Graciela insiste en que la muerte de su hijo no fue un accidente, sino una negligencia. Conseguí documentación muy importante que fue presentada a la Justicia de Mar del Plata, donde se tramita la causa. No quiero destruir a nadie, sólo quiero que se sepa la verdad de lo que pasó. Quiero que Guido descanse en paz”, manifestó.
La madre del piloto aseguró que nadie de la ACTC se le acercó para ayudarla, “ni siquiera para solidarizarse”. Graciela sostiene que no se trabajó lo suficiente para cuidar la vida de los pilotos aquel día. “Rodolfo Balinotti, el responsable médico, dijo que Guido tenía el casco flojo. Se ve en las fotos que él le tapa la boca a mi hijo, que sólo podía respirar por ahí porque le sangraba la nariz y encima le tomaba el pulso con guantes puestos”.
Para finalizar, agregó: “La ambulancia que trasladó a Guido hasta el hospital no era de alta complejidad. Sé que el médico, en vez de ir con mi hijo, se metió en la cabina del chofer. Quizás, estando con él, podría haber ayudado a que no se muriera”. (fuente: www.infobae.com.ar)
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