El arte y el esfuerzo de rescatar las series de culto de TV tiene marca registrada: “Fuera de Serie”. Su ideólogo, Adrián Perucho. Diplomado en Cine, ha recorrido un largo sendero profesional: fue columnista especializado en Radio Mitre, Radio El Mundo y FM San Isidro Labrador. Participó con éxito en el programa de TV Tiempo de Siembra – Abril 1999- (Canal 13), sobre su tema insignia: las series de ayer de hoy y de siempre. Fundador y director de la revista Under Cover, donde asienta sus reales como teórico, coleccionista e historiador de cine y series. Dialogar con el, es entrar al “Túnel del Tiempo” de los recuerdos…
¿Cuál fue el disparador de su afición por las series clásicas americanas?
El gran disparador de la afición fue la búsqueda por recuperar aquellas viejas series que ya dejaban de emitirse en los canales. Pasaban los meses y no volvían. Los canales abiertos transitaban en la década del 80 un proceso de producciones propias y las series quedaban relegadas. Otro motivo fue la recuperación de la infancia y la adolescencia. Las series no habían perdido la magia, y esa misma regresa a mi cada vez que veo algún episodio de aquellas buenas series.
¿Cómo investiga los distintos tópicos, y cuáles son sus series referenciales?
Investigo de la manera más fácil: recopilando datos y chequeándolos. Dos o tres libros de TV son indispensables para comprender este mundo de la TV. Si bien internet achicó la distancia al dato, los libros resultan indispensables. Mis series referenciales son “Combate” porque crecí con ella, la miraba todas las noches y porque se encargó de mostrar como se podía vivir y morir en el frente. Sin dudas, “La Familia Ingalls” por su cálido mensaje. Nadie podía obviar la construcción de los mismos. La familia, el pueblo, la comunidad, la Iglesia. Entregaba buenas dosis de alegría y drama. Otra serie indispensable de aquel tiempo era “SWAT”. ¿Quién no quería tener una gorrita de aquellas? Su música es una referencia inigualable. Y el camión lucía espectacular. La serie tenía buena acción. En la década del ´80 caí rendido a los pies de “Los Profesionales”. Encontré lo que no había en “Starsky & Hutch” (que también me gustan), porque Los Profesionales se encargaba de mostrar una Inglaterra marginal, no tan impecable y crítica.
¿A su criterio, qué les falta a las sitcom (comedias de situación / enredos) de la actualidad para igualar el éxito de aquellos relatos? ¿Se pueden editar los mismas historias de antaño, con similar aceptación popular?
Las sitcom de hoy día posiblemente son mejores que las de antaño, pero no tienen la magia necesaria, ni los actores, ni los personajes. Tampoco existen aquellos clics de viejos personajes como Maxwell Smart o Mork, por citar algunos. Las historias de hoy son mucho mejores, pero carecen de actores y actrices con el nivel de aquellos. No tienen regreso. Es imposible una adaptación. Desde que se sumo la continuidad en el relato se perdieron un montón de hitos de la televisión como el vestuario. Ellos lucían siempre la misma ropa. No es necesario que readapten. La risa es difícil de igualar. Las de acción pueden ser.
¿Hay series de otras procedencias, que puedan competir con las americanas? - ¿Por qué se deja de rodar una serie; cuáles son los entretelones que no sabe el público?
Sí, hay muchas series inglesas y varias australianas que han sido exitosas en todo el mundo. Basta mencionar a “Los Vengadores”, “El Prisionero”, “El Barón”, “Dos Tipos Audaces” o “Los Profesionales”. Y de Australia se rescatan “Helicóptero de Rescate”- o bien en blanco y negro-, “Skippy” el Canguro. De hecho más de un 50% de las series estadounidenses se filman en Canadá (ejemplos: “X Files”, “Smallville”).
Generalmente las series se dejan de rodar por dos motivos: falta de audiencia o acumulación de episodios. En cuanto a esto último, en Estados Unidos existen “los canales de sindicación”, que son aquellos que recompran los derechos para emitirlas, luego que las grandes cadenas las cancelan. Esos canales, tienen una influencia regional (lo que aquí seria canal 8 de Mar del Plata, etc.) y permite una rápida recuperación de la inversión de un producto ya amortizado. Suele decidirse una cancelación tras la barrera de los 100 episodios. El mínimo requerido para los canales regionales...
Este formato no ha tenido buena acogida en la producción nacional: ¿es así o hay series argentinas de culto? (Pienso sólo, en el magnífico producto: “Los Simuladores”…).
Es correcto lo que decís, pero hasta en “Los Simuladores”, hay un gran guiño a las viejas series. Tiene un aire a “Brigada A”. En Argentina sabemos hacer novelas. Nunca supimos hacer series. De hecho, todos los productos argentinos de hoy, contienen un aroma a las series clásicas. Y es consecuente con el hecho de que quienes manejan las productoras y los canales son gente que ha nacido con las series.
Adrián, ¿qué significó profesionalmente el éxito de su programa radial “Fuera de Serie” (primera temporada, y la actual…).
La primera temporada fue un boom inesperado. Propusimos algo distinto. Un volver a vivir desde un punto de encuentro con el oyente. El dato fluía a la velocidad de la luz. Hicimos 26 programas. En esta segunda etapa, “Fuera de Serie” está comenzando ese camino una vez más. La gente se prende. De alguna manera evocamos momentos que nos hicieron felices y por algo también es que permanecen intactos en la mente. Vamos al aire todos los miércoles de 21 a 22 por Simphony 91.3. Una excelente experiencia. Hacer “Fuera de Serie” es coronar el sueño del pibe. Que iba a saber en la década el 70 o del 80 que treinta años después iba a estar contando ese presente. El programa propone un cálido recuerdo y con rigor informativo. Un error es imperdonable y un olvido más aun. Le dicen autoexigente, ¿no? (risas)
Pasamos a los contenidos y formatos de la TV nacional. En el “horizonte de sucesos” de la manipulación está la (des)información de los noticieros. Liderados por periodistas deportivos que banalizan la noticia, pro infoentretenimientos (por ej.: el impresentable Germán Paoloski.
La TV nacional está pasando por unos de sus peores momentos. No hay producciones de buena calidad excepto algunos productos de Canal 13. Pero sería un buen punto poder ver si esa calidad es una aguja en un pajar debido a la escasa propuesta nacional. El televidente siempre ha sido manipulado. Desde los tiempos de SWAT. Pero el cable equilibra las fuerzas con buenas propuestas que permiten cierto aire al televidente. Creo que si no hubiera cable, la televisión argentina ya se habría extinguido. Entre la repetición sistemática de Tinelli y los varios programas de archivo, la tele local ha entrado en una franca decadencia. En el caso de los noticieros, la tecnología ha superado ampliamente los recursos narrativos e informativos. Es mucho más fácil mostrar que hacer o investigar. Parece ser que es preferible que alguien más lo hago por uno. También es cierto que la utilización banal de internet y la ruptura del sistema educativo nos han puesto al borde del precipicio. El lenguaje es cada vez más pobre y lamentablemente la televisión resulta invasiva y abusadora de las buenas costumbres.
¿Cómo ve el fenómeno actual de los artistas genuflexos al poder político de turno? (en este caso al “poder K”: ¿la ética ya no cuenta?)
Es un fenómeno nunca visto. Ni siquiera en la década del 90. Hay como una devoción al mito. ¿Qué mito? No lo sé. También hay un claro ejercicio del poder.
¿Por qué posee tanta repitencia las películas de canal 11 (TELEFE), hasta dos o tres veces en poco tiempo? ¿Es adrede?).
No. Si bien manda el rating, las películas y las series se compran por una cantidad de pasadas (emisiones), en un lapso de tiempo predeterminado. Eso le pone el precio al producto. Y generalmente comprar un tanque de Hollywood trae consigo dos películas de baja calidad o alguna serie pérdida de estos tiempos.
Como las grandes series televisivas, la conclusión de este relato es abierto. Siempre hay una argumento superador: “Estamos viajando hacia una dimensión, distinta a la del mundo de la visión y del sonido. El reino maravilloso de la imaginación. La dimensión desconocida”. La dimensión Fuera de Serie.
A su juego lo han llamado: rigurosidad en la producción de Fuera de Serie. Un sello indeleble de calidad que deleita a la audiencia. (fuente: www.periodicotribuna.com.ar)
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