En su casa de Pilar, la prestigiosa actriz abre su intimidad y su corazón para hablar sobre el amor, su único hijo Juan Cruz y el paso del tiempo. “En la vida siempre me animé a hacer cosas que no estaban bien vistas. Hasta desconcerté con algún romance que tuve”, asegura.
“La gran actriz del cine argentino” como la catalogó en 2006 la revista Vogue, descalza y sin una gota de maquillaje, abre las puertas de su nuevo refugio de Pilar y recibe a la revista HOLA con una sonrisa amplísima. Sobre el título de que le puso Vogue, aclara que “lo tomo con mucha liviandad y casi como un juego. Es un halago y merece una sonrisa. Empecé a trabajar en cine desde muy chica…estoy demasiada acostumbrada a todo y mi ego se fue diluyendo”.
Graciela Borges se define como una mujer que nunca tuvo prejuicios para elegir, “soy muy libre en el amor y en el trabajo” declara. En el amor, particularmente, cuenta que “nunca fui una mujer que haya entrado y salido de las relaciones con facilidad: me enamoré de hombres muy diferentes y tuve grandes pasiones”. Hoy está sola pero está dispuesta a volver a enamorarse, “Estoy convencida de que una se pone más linda, divertida y rozagante; pero no me pasa que me siento perdida si no estoy en pareja. Estoy abierta a lo que llegue porque voy por la vida cargada de luz. Un hombre muy joven no me serviría, salvo que sea un bocho, porque he vivido mucho… Con Juan Manuel y el “Chueco” Fangio íbamos a Mónaco y comíamos con Rainiero y Grace Kelly. Conocí a la gente más loca, más de moda y genial que se puedan imaginar. Es verdad que no podría estar con un hombre de mi edad cansado, porque yo tengo una niña interior muy joven”.
Hoy, Graciela vive una etapa espléndida. Es abuela. Sobre María Jesús, su nieta, dice que “vamos a tener un momento más poderoso cuando empecemos a hablarnos y podamos contarnos cosas y pongamos en palabras todo lo que nos amamos. Jesusita es una maravilla y preciosa”. Sobre Juan Cruz su hijo, asegura que “tengo una gran debilidad por él” pero siempre supo llevarse bien con sus novias. Pero sobre el reciente episodio con la ex pareja de Juan asegura que “la injusticia me vuelve loca y hay cosas que no tolero. Puedo ser muy violenta cuando le hacen daño a alguien que amo. Me dolió en el alma todo lo que dijo esta chica sin ninguna piedad. Hay que animarse a mentir de esa manera.” Por suerte su círculo más íntimo los apoyó y acompañó en todo momento.
La actriz nos confiesa que no cree en el paso del tiempo y asegura que “la plenitud tiene que ver con el esplendor del alma, no con los años. Envejecer es triste, pero si tenés elegancia, charme, inteligencia y sensibilidad, no pasa nada. Hay que olvidarse del espejo”. (fuente: www.hola.com.ar)
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