El jefe de la Policía Distrital de San Isidro, comisario inspector Raúl Papa, fue detenido por sus supuestos vínculos con al menos un integrante de una banda que en agosto pasado cometió un resonante asalto en la casa de un empresario del juego, informaron hoy fuentes judiciales.
Tras conocerse la captura, el Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense dispuso el pase a disponibilidad de Papa y ordenó la intervención de la Auditoría General de Asuntos Internos en la investigación del hecho.
Según voceros consultados por Télam, además de Papa, hoy fueron apresados por el hecho un ex policía bonaerense identificado como Eduardo Vivas, exonerado en 2007, y un civil llamado Diego Romero, quien es novio de una sobrina de la víctima y está acusado de ser el "entregador".
Los investigadores a cargo del fiscal Patricio Ferrari aseguraron tener pruebas suficientes de que ambos, con la complicidad de Papa, formaron parte de la banda que el 5 de agosto pasado asaltó al empresario Jorge Pereyra (70) cuando llegaba a su casa de Tomkinson 3398, en San Isidro.
Ese caso fue muy resonante ya que los delincuentes huyeron luego de que el hijo de la víctima embistiera con su camioneta el auto de los ladrones y de que la esposa les disparara desde una ventana.
Efectivos de la Departamental de Investigaciones (DDI) San Isidro avanzaron en la investigación y realizaron varias intervenciones telefónicas que permitieron establecer que Vivas mantenía vínculos con Papa, por lo que se solicitó la detención del comisario.
"De las escuchas surgió que Papa le avisaba a Vivas de todo lo que hacía la DDI y la fiscalía y que le apuntaba a otros sospechosos para desviar la investigación", explicó a Télam un pesquisa.
Los tres detenidos fueron llevados este mediodía a los tribunales de San Isidro para ser indagados mañana por el fiscal Ferrari, explicaron las fuentes.
El hecho por el que hoy hay cinco detenidos y un prófugo tuvo ribetes cinematográficos y ocurrió alrededor de la 1 de la madrudada del 5 de agosto en una mansión de Tomkinson 3398, a metros de la autopista Panamericana, en San Isidro.
Pereyra volvía de cenar en un stud y cuando ingresaba su Mercedes Benz al garaje de su casa dejó pasar primero a una moto con dos sospechosos que aparentemente lo seguían y abrió el portón.
Tres delincuentes irrumpieron detrás de él en otro Mercedes Benz del que descendieron armados y lo amenazaron para asaltarlo, pero el empresario se quedó encerrado dentro del auto porque tenía los vidrios semiblindados.
Sin embargo, los ladrones lograron destrozar una de las ventanillas a culatazos y así Pereyra bajó del vehículo y les entregó un anillo y unos 6.000 pesos en efectivo.
El asalto fue observado desde la casa y por circuito interno de video por la esposa del empresario, quien se asomó por una ventana y efectuó seis balazos con un revólver Magnum .357 del cual es legítima usuaria y portadora.
Los tiros amedrentaron a los asaltantes que abortaron el robo y corrieron hasta el auto en el que había llegado.
Pero un hijo de Pereyra que también había estado cenando con su padre y regresaba a su vivienda, se acercó hasta su casa paterna porque tenía una llamada perdida de su madre en su celular y cuando trató de comunicarse con ella no lo logró y se preocupó.
Al observar el asalto, el hijo de Pereyra aceleró su camioneta Grand Cherokee 4X4 y embistió a unos 50 kilómetros por hora el auto de los delincuentes, que por la fuerza del impacto se desplazó varios metros, derrumbó un árbol y quedó destruido.
Los ladrones bajaron y huyeron a la carrera ante los gritos de las víctimas, pero fueron detenidos por personal de la Gendarmería Nacional apostado en la zona.
Dentro del Mercedes Benz robado, fueron encontradas una pistola calibre 9 milímetros, un revólver .38, pero lo que más llamó la atención era que además había dos chalecos antibala de la bonaerense, dos camperas y gorras de efectivos de DDI.
También se hallaron una baliza chichón para el auto, seis equipos Movilink y tres Nextel, un inhibidor de frecuencias satelitales y un equipo de radio capaz de captar la frecuencia policial de la zona, lo que hizo sospechar desde entonces de la participación de policías en el hecho. (telam.com.ar)
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