En la noche del pasado viernes 12, el presidente de la Asociación Hijos y Amigos de San Isidro, historiador y escritor Jorge Tirigall, presentó en la Quinta Los Ombúes [Adrián Beccar Varela 774, San Isidro] su libro "Tango y Gardel en San Isidro".
Ante una sala colmada de público, dentro del que se encontraban la directora del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal "Dr. Horacio Beccar Varela", arquitecta Marcela Fugardo de Rivero Ayerza, y el concejal Carlos Castellano, el autor del libro fue presentando una atractiva serie de fotografías que daban evidencia clara del protagónico lugar que tuvo el tango en el pasado sanisidrense.
La bienvenida de parte de la directora Fugardo ponderó la capacidad de Tirigall en la búsqueda de información sobre el patrimonio local, y agradeció el haber elegido a Los Ombúes para la presentación de este nuevo trabajo. Destacó, asimismo, que gracias a Jorge Tirigall el Museo cuenta con dos obras de la genial Lola Mora, hecho singular en nuestro país.
"Quiero mencionar -dijo Marcela Fugardo- que hoy se cumplen 205 años de la Reconquista de Buenos Aires, en la que el pueblo de San Isidro tuvo una importante actuación: fue el lugar donde las tropas acamparon camino a la reconquista y cuenta la tradición que aquí, en esta casa, que por entonces pertenecía a Mariquita Sánchez, del 8 al 9 de Agosto pasó la noche don Santiago de Liniers. Y hoy nos acompaña el tataranieto del capitán José de Espina y Barboza, del cuerpo de dragones (batallón escolta de Liniers), Mariano Espina."
Para comenzar, el autor señaló que "Al finalizar el siglo XIX San Isidro tenía costumbres y campanas de aldea. Al incorporarse los inmigrantes italianos y españoles se unieron a los labriegos existentes, como así también a las familias tradicionales de alcurnia y linaje. Eran tiempos en que las damas todavía vestían miriñaques y seductoras boas, en tanto que los hombres preferían lucir el sombrero a lo Mitre y pantalón bombilla.
El respeto arquitectónico y la preservación del patrimonio nos hablan de la cultura de un pueblo que ha llegado a sus 305 años de vida y lo diferenciaron de otros sitios y con la labor individual lograron asentar las bases del San Isidro de hoy.
El pueblo por aquel entonces estaba conformado por Las 14 Provincias (El Bajo), La ribera, el Casco Histórico, Villa Acassuso (La Calabria) y Las Lomas. El tango no ha germinado aún en San Isidro y el organillero recorre las esquinas del poblado. En las reuniones sociales se bailan polcas, mazurcas y valses que ejecutan distintos conjuntos que contaban con bastonero que daba apertura y dirigía el baile.
De pronto, apareció el bandoneón que fue incorporado a los conjuntos existentes y el tango apareció desplazando a los otros bailes. El piano, que había hecho sus apariciones con el cine mudo se incorpora a las orquestas suplantando a las guitarras.
Antes de 1919 ya se registraban tangos cantados ocupando una parte importante en el teatro nacional. Aumenta la cantidad de bandoneones y violines en las orquestas y se incorpora el contrabajo y un cantor (conocido en ese tiempo como "estribillista").
Durante la década del '30 el tango comenzó a decaer. Las orquestas optaban por interpretar foxtrot y otros ritmos, y surgen los conjuntos de "típica y jazz" que proliferaron en la costa de San Isidro, en los recreos y sin partitura.
En el '40 la música popular reverdece y aparece la época de oro del tango con orquestas típicas y cantores, hasta llegar a la mitad del siglo XX con el surgimiento de la orquesta de Astor Piazzolla.
La sucesión de imágenes proyectadas sobre una pantalla, fueron mostrando el peso que tuvo el tango en la comunidad sanisidrense. Así pasaron ante los ojos curiosos de los asistentes el primer conjunto de tango de San Isidro (de 1910 y dirigido por Isidro Muñiz), Domingo Santa Cruz (quien trajo a San Isidro el primer bandoneón), un picnic con el tango bailado entre hombres en 1915, distintas orquestas locales, Juan Russo (de importante actuación en las orquestas de la Guardia Vieja), Paquita Bernardo (la primera bandoneonista que venía a San Isidro tomando el tren), Carlos Macchi (autor del primer tango dedicado a San Isidro), Michael Rise Tracy (familiar de Francisco Ilvento y conocido Carlos Viván, autor de "Como se pianta la vida", "Me hubiera gustado verte Carlitos Gardel añoso", "Moneda de cobre", entre otros famosos tangos), Arturo Castillo (autor del primer himno a San Isidro Labrador junto al pbro. Francisco Actis), el coro de niños del colegio "Carmen Arriola de Marín", los hermanos Di Palma, el cantor Raúl Funes, Dorita Davis (una de las tres mejores cancionistas de Buenos Aires en 1935), la cantante María José Mentana (presente entre el público que la aplaudió espontáneamente), Juan Carlos Rolón (que cantó dos años en la calle Corrientes), Roberto Rufino (el "pibe del Abasto", aunque vivió 50 años en San Isidro), José Gobelo (nacido en San Isidro y egresado del colegio Santa Isabel), Florencio Parravicini.
Gardel en San Isidro
Tirigall, en su casi imparable entusiasmo en contar historias, citó que Carlos Gardel visitó San Isidro por primera vez siendo niño en 1899, recorrió la costa y estuvo pescando. Ya de grande visitaba San Isidro llegándose hasta el stud de Maschio, sobre la calle Von Wernicke. Precisamente este fue el último lugar donde cantó ante público (más de 100 personas), acompañado de su novia, Isabel Del Valle, Irineo Leguizamo, el director Edgardo Donato y prestigiosos músicos, en la noche del 5 al 6 de Noviembre de 1933. Ese mismo día 6 cantaría en radio Nacional y grabaría en un estudio dos tangos ("Madame Ivonne" y "Tu diagnóstico"), antes de partir rumbo a EE.UU. para nunca más volver.
Otro lugar que fue testigo de la visita del cantor fue el desaparecido cine teatro Acassuso, donde cantó en tiempos del intendente Lambertini el 13 de Mayo de 1933 para las fiestas patronales. El 13 de Junio de ese mismo año se presentaría en el cine Astro, en Martínez.
El 22 de Septiembre actuaría en el Teatro Stella Maris y, al finalizar, se acercaría al almacén La Covacha acompañado de una multitud. Allí cantó para los presentes y hasta pagó la consumición de todos, para luego caminar hasta la estación y volver a Buenos Aires en tren.
Previamente a la animada exposición de Tirigall el Sr. Martínez Sago, quien dirigió la edición del libro Tango y Gardel en San Isidro, relató su entusiasmo al recibir la iniciativa del inquieto Jorge Tirigall de publicar sus recuerdos e investigaciones sobre el tango en nuestro distrito. "Jorge reunió en un árbol de familia a todos los integrantes del tango, músicos, poetas, intérpretes y bailarines."
Por su parte Miguel Lafuente -integrante de la Asociación de Amigos Quinta Los Ombúes- calificó como "joya" el libro de Tirigall. "El autor ostenta el título de ser quinta generación de sanisidrenses. Su tatarabuelo, José Marzano, se radicó en este pueblo en 1814, en una casa que fue visitada por el Gral. San Martín, Soler y Guido, y el poeta Esteban De Luca. Este hecho nos llega por relatos del primer historiador de San Isidro, Rómulo Avendaño."
"José Marzano se casó con Teresa Ruiz de la Peña y tuvieron 8 hijos. La menor de esos hijos, Isabel, se casó con Manuel Tirigall y fueron padres de Manuel Antonio Tirigall, que sería secretario del Concejo Deliberante entre 1894 y 1897. Su tío fue el escribano que vivía en Villa Adelina, Germán Antonio Tirigall, quien fue intendente en 1919. Los padres de Jorge es hijo de Ramón y Ángela Tirigall quienes tuvieron 12 hijos en la casa de Chacabuco 790, San Isidro, a pocos metros de la casa de José Marzano."
El encuentro de presentación del libro "Tango y Gardel en San Isidro" concluyó con la feliz idea de cantar. Fue así que todos los presentes, con acompañamiento de guitarra, entonaron "Pedacito de cielo", el vals de Francini, Stamponi y Homero Expósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario