Veterinario de profesión, profesor de biología y vecino de la zona Norte, Juan Carr es indiscutido referente de esta organización que ha sabido abrirse camino en el territorio de la indiferencia, multiplicando su labor por toda la nación.
Casado, 5 hijos y fellow de Ashoka (organización que apoya a emprendedores sociales de todo el mundo), Carr coordina un programa que combate la desnutrición en villas de emergencia de Buenos Aires.
Más allá de las urgencias cotidianas que se presentan, Carr entiende que la clave para las resoluciones de los problemas hay que involucrarse “sin cambiar de vida, ni vestirse con harapos, ni hacer cosas rimbombantes”.
“Queremos –dice- que cada día más gente levante la vista, mire y descubra al otro que está necesitado. Porque una características de los marginados es su invisibilidad a los ojos de la sociedad. Esta, por ejemplo, no ve a los 260 mil desnutridos que hay en el país ni los ancianos que están solos. Tampoco a los 11 millones de pobres que, para salvarlos hace falta más que el Estado o una organización no gubernamental”.
En su opinión “la solidaridad argentina es espasmódica. Pasa de la indeferencia a la emoción ante un acontecimiento. La cuestión es conseguir que la emoción dure y que se transforme en cultura solidaria que incorpore al prójimo en su vida cotidiana”.
La mezcla ideal para una argentina solidaria, según su creencia: “Debe tener un poco de Suecia y de Japón, en cuanto a estabilidad; un poco de la alegría de Brasil; un poco de las instituciones americanas; un poco de pasión rusa, de seriedad Suiza, de sangre caliente italiana y española; dignidad irlandesa, salsa venezolana, candombe uruguayo y de solidaridad y de asado argentinos”.
Los teléfonos de la Red Solidaria, tanto para ofrecer o recibir ayuda son: 4796-5828 o 4761-7994.
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