Como todos los años para esta fecha, con una procesión, una misa y luego festejos populares en la Plaza Mitre, la comunidad sanisidrense honró hoy a su santo patrono, San Isidro Labrador.
Los festejos contaron con la presencia del intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, y su esposa Dra. María Fernanda Nuevo, sus hijos Melchor y Macarena y la Dra. Clementina Giorgi, viuda del ex intendente y diputado nacional, Melchor Angel Posse, así como numerosos vecinos
La celebración comenzó poco después de las 16 con una procesión presidida por las imágenes del santo patrono y su mujer, Santa María de la Cabeza, acompañadas por el obispo saliente de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto y el obispo coadjutor monseñor Oscar V. Ojea.
Mezclado con la feligresía sanisidrense, el jefe comunal y funcionarios municipales acompañaron a la grey que este año, además de las paradas habituales, se detuvo frente al mástil de Belgrano y Acassuso para entonar el Himno Nacional, en conmemoración del bicentenario de la Patria.
Modificando el circuito de otros años, la columna tras recorrer la calle Martín y Omar dobló por Chacabuco, hasta la esquina de Belgrano para homenajear frente al busto que lo recuerda, al capitán de la policía bonaerense Aldo Garrido, muerto en acción el 17 de febrero del año pasado.
Nuevamente en la iglesia catedral, desde donde partió la caravana, comenzó la misa presidida por ambos prelados.
En la ocasión, el obispo Casaretto pronunció una homilía, que este año fue dedicada a la memoria. Dijo en la oportunidad:
“San Isidro es una fiesta cívico religiosa. Gracias a Dios hace tanto tiempo este pueblo nació bajo la advocación de San Isidro, siendo este lugar más antiguo que el bicentenario, mucho más que la emancipación argentina.”
“Los santos son la memoria viva en la Iglesia y en este tiempo en que se habla mucho de la memoria es bueno recordar que la Iglesia vive de una memoria fundamental: la memoria de Jesús que celebra su pasión, su muerte y su resurrección con los discípulos en la eucaristía.”
“La Iglesia va siempre a ese origen, hace memoria porque en esa eucaristía primera y en esa pasión muerte y resurrección de Jesús está presente todo el amor del Dios.”
“Por eso nosotros, cuando hacemos memoria, nos vamos a encontrar con esa fuente del amor y entramos en la memoria desde el amor porque los discípulos de Jesús, por la gracia de Dios, por su fuerza, podemos permanecer en el amor por el espíritu; tratamos de amarlo a Dios y a nuestros hermanos, amar a Dios por sobre todas las cosas, a los demás como nos amamos a nosotros y nunca nos tenemos que eximir de este mandamiento.”
“Por eso cuando hacemos memoria entramos en la historia personal, en la historia de la Iglesia, en la historia de la humanidad y de nuestro pueblo desde la caridad.”
“La Iglesia no nos invita, por ejemplo, a hacer memoria de la pasión del Señor para llenarnos de rencor contra Pilatos o contra Herodes. Mas bien, cuando hacemos memoria de esos momentos y vemos a todas esas personas que crucificaron a Jesús, nos nace en el corazón decir ‘Perdónalos porque no saben lo que hacen’. Eso es lo que nos enseñó Jesús.”
“Y por eso nuestra memoria personal, por supuesto porque como somos limitados aparecerá el pecado. Pero nunca Jesús va a invitar a decir ‘miren nada más que el pecado de ustedes’. Por el contrario cuando encontramos esas debilidades imploramos el perdón de Dios. Imploramos el perdón del arrepentimiento. Y salvamos nuestra historia personal, nuestra historia colectiva desde el perdón de Jesús.”
“Más bien, cuando hacemos memoria desde el amor tratamos de encontrar, tanto desde el orden personal como en el orden comunitario aquellos puntos fuertes, esos momentos donde Dios se manifestó. Y asentamos nuestras vidas sobre esos momentos.”
“Piensen un poquito cada uno de ustedes, si se anclaran nada más que en la dimensión limitada y pecadora, vivirían llenos de amargura. Pero Dios no quiere eso. Quiere que vivamos en el amor y seamos felices.”
“Y por eso cuando entramos en nuestra historia personal, mas bien tratamos de buscar cuales son esos signos de Dios, que nos alientan, que nos fortalecen, en los que podemos fortalecernos, hacer base. Esos signos son como la roca firme, donde asentamos nuestras vidas.”
“Y en esa memoria aparecen los santos. Nosotros vivimos de una memoria esencial que es la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Su misterio Pascual. Pero Dios ha permitido que en estos dos mil años aparezcan esos hombres y mujeres que con su vida encarnaron tanto la identificación con Jesús que se volvieron un ejemplo parda nosotros.”
“Y por eso los santos son la memoria viva del misterio Pascual del Señor, la encarnación en el tiempo y en la historia. Y por supuesto que la Iglesia cuando mira su pasado y encuentra el pecado, tiene que pedir perdón, por supuesto.”
“Y en estos días el Papa nos ha dado tantos ejemplos en ese sentido, cuando aparecen los pecados en los hombres de la iglesia, tenemos que pedir perdón.”
“Pero no podemos vivir nada más que mirando esa dimensión. Todo lo contrario. Los santos justamente son los que nos dicen, con la gracia de Dios, con el espíritu del Señor es posible vivir una felicidad aquí en la tierra para llegar a la eternidad.”
“Es posible por la gracia y por la fuerza del espíritu encarnar el evangelio de Jesús”.
“San Isidro Labrador vivió en esa humildad, en ese silencio pero con una entrega tan fuerte a Dios y se dejó tomar tanto por el señor que Dios le permitió a él y a su esposa ser santos. Y nosotros tanto tiempo después lo miramos a San Isidro y decimos: podemos santificar nuestro trabajo, que puede ser un camino de santidad. Podemos ver en San Isidro y en Santa María de la Cabeza un ejemplo de familia y podemos santificar nuestra vida familiar.”
Los festejos contaron con la presencia del intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, y su esposa Dra. María Fernanda Nuevo, sus hijos Melchor y Macarena y la Dra. Clementina Giorgi, viuda del ex intendente y diputado nacional, Melchor Angel Posse, así como numerosos vecinos
La celebración comenzó poco después de las 16 con una procesión presidida por las imágenes del santo patrono y su mujer, Santa María de la Cabeza, acompañadas por el obispo saliente de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto y el obispo coadjutor monseñor Oscar V. Ojea.
Mezclado con la feligresía sanisidrense, el jefe comunal y funcionarios municipales acompañaron a la grey que este año, además de las paradas habituales, se detuvo frente al mástil de Belgrano y Acassuso para entonar el Himno Nacional, en conmemoración del bicentenario de la Patria.
Modificando el circuito de otros años, la columna tras recorrer la calle Martín y Omar dobló por Chacabuco, hasta la esquina de Belgrano para homenajear frente al busto que lo recuerda, al capitán de la policía bonaerense Aldo Garrido, muerto en acción el 17 de febrero del año pasado.
Nuevamente en la iglesia catedral, desde donde partió la caravana, comenzó la misa presidida por ambos prelados.
En la ocasión, el obispo Casaretto pronunció una homilía, que este año fue dedicada a la memoria. Dijo en la oportunidad:
“San Isidro es una fiesta cívico religiosa. Gracias a Dios hace tanto tiempo este pueblo nació bajo la advocación de San Isidro, siendo este lugar más antiguo que el bicentenario, mucho más que la emancipación argentina.”
“Los santos son la memoria viva en la Iglesia y en este tiempo en que se habla mucho de la memoria es bueno recordar que la Iglesia vive de una memoria fundamental: la memoria de Jesús que celebra su pasión, su muerte y su resurrección con los discípulos en la eucaristía.”
“La Iglesia va siempre a ese origen, hace memoria porque en esa eucaristía primera y en esa pasión muerte y resurrección de Jesús está presente todo el amor del Dios.”
“Por eso nosotros, cuando hacemos memoria, nos vamos a encontrar con esa fuente del amor y entramos en la memoria desde el amor porque los discípulos de Jesús, por la gracia de Dios, por su fuerza, podemos permanecer en el amor por el espíritu; tratamos de amarlo a Dios y a nuestros hermanos, amar a Dios por sobre todas las cosas, a los demás como nos amamos a nosotros y nunca nos tenemos que eximir de este mandamiento.”
“Por eso cuando hacemos memoria entramos en la historia personal, en la historia de la Iglesia, en la historia de la humanidad y de nuestro pueblo desde la caridad.”
“La Iglesia no nos invita, por ejemplo, a hacer memoria de la pasión del Señor para llenarnos de rencor contra Pilatos o contra Herodes. Mas bien, cuando hacemos memoria de esos momentos y vemos a todas esas personas que crucificaron a Jesús, nos nace en el corazón decir ‘Perdónalos porque no saben lo que hacen’. Eso es lo que nos enseñó Jesús.”
“Y por eso nuestra memoria personal, por supuesto porque como somos limitados aparecerá el pecado. Pero nunca Jesús va a invitar a decir ‘miren nada más que el pecado de ustedes’. Por el contrario cuando encontramos esas debilidades imploramos el perdón de Dios. Imploramos el perdón del arrepentimiento. Y salvamos nuestra historia personal, nuestra historia colectiva desde el perdón de Jesús.”
“Más bien, cuando hacemos memoria desde el amor tratamos de encontrar, tanto desde el orden personal como en el orden comunitario aquellos puntos fuertes, esos momentos donde Dios se manifestó. Y asentamos nuestras vidas sobre esos momentos.”
“Piensen un poquito cada uno de ustedes, si se anclaran nada más que en la dimensión limitada y pecadora, vivirían llenos de amargura. Pero Dios no quiere eso. Quiere que vivamos en el amor y seamos felices.”
“Y por eso cuando entramos en nuestra historia personal, mas bien tratamos de buscar cuales son esos signos de Dios, que nos alientan, que nos fortalecen, en los que podemos fortalecernos, hacer base. Esos signos son como la roca firme, donde asentamos nuestras vidas.”
“Y en esa memoria aparecen los santos. Nosotros vivimos de una memoria esencial que es la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Su misterio Pascual. Pero Dios ha permitido que en estos dos mil años aparezcan esos hombres y mujeres que con su vida encarnaron tanto la identificación con Jesús que se volvieron un ejemplo parda nosotros.”
“Y por eso los santos son la memoria viva del misterio Pascual del Señor, la encarnación en el tiempo y en la historia. Y por supuesto que la Iglesia cuando mira su pasado y encuentra el pecado, tiene que pedir perdón, por supuesto.”
“Y en estos días el Papa nos ha dado tantos ejemplos en ese sentido, cuando aparecen los pecados en los hombres de la iglesia, tenemos que pedir perdón.”
“Pero no podemos vivir nada más que mirando esa dimensión. Todo lo contrario. Los santos justamente son los que nos dicen, con la gracia de Dios, con el espíritu del Señor es posible vivir una felicidad aquí en la tierra para llegar a la eternidad.”
“Es posible por la gracia y por la fuerza del espíritu encarnar el evangelio de Jesús”.
“San Isidro Labrador vivió en esa humildad, en ese silencio pero con una entrega tan fuerte a Dios y se dejó tomar tanto por el señor que Dios le permitió a él y a su esposa ser santos. Y nosotros tanto tiempo después lo miramos a San Isidro y decimos: podemos santificar nuestro trabajo, que puede ser un camino de santidad. Podemos ver en San Isidro y en Santa María de la Cabeza un ejemplo de familia y podemos santificar nuestra vida familiar.”
Finalizado el oficio, en la plaza Mitre comenzó el fiesta popular organizada por la Dirección de Cultura de la comuna con espectáculos musicales y una kermesse que recordó a los juegos del tiempo de la colonia.
Así los sanisidrenses pudieron apreciar antiguos “tiros al blanco” y suertes tales como “La Rueda”, “Caño pelota”, “El autopase”, “Fuzzy Guzzy, la araña”.
Alumnos y profesores de una escuela de gastronomía que funciona en Av. Centenario y Primera Junta proveyeron su servicio de comidas y bebidas calientes, en el atardecer de una paseo donde campeó el frío de mayo.
Así los sanisidrenses pudieron apreciar antiguos “tiros al blanco” y suertes tales como “La Rueda”, “Caño pelota”, “El autopase”, “Fuzzy Guzzy, la araña”.
Alumnos y profesores de una escuela de gastronomía que funciona en Av. Centenario y Primera Junta proveyeron su servicio de comidas y bebidas calientes, en el atardecer de una paseo donde campeó el frío de mayo.
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